Persecución de récord

Las derrotas siempre son dolorosas, pero muchas veces sirven como punto de inflexión. Es el modo más gráfico de comprender que lo que se está haciendo no funciona y que no hay más remedio que cambiarlo. Le sucedió al Madrid de Zidane, que perdió contra el Atlético en el Bernabéu tras unos resultados muy esperanzadores, y desde entonces, en Liga, no ha hecho más que ganar y ganar, sin importar el rival, las lesiones o los constantes partidos que ha disputado entre semana. La siguiente jornada a esa derrota en el derbi, el conjunto blanco fue al campo del Levante y ganó. Y no ha parado, pese a que se ha enfrentado contra el Barcelona, el Sevilla, el Villarreal y el Valencia. Para un equipo que dudaba contra los otros conjuntos potentes de la competición, su final de Liga está siendo de premio.

El Real Madrid ha demostrado fortaleza mental, capacidad física, fútbol y, por primera vez en la temporada, fe en lo que se hace. Ése ha sido el gran éxito de Zidane: cuando todo parecía perdido convenció a los futbolistas de que había que seguir peleando, que el fútbol da muchas vueltas. En la primera vuelta, en esta serie de partidos después del derbi, el conjunto blanco se dejó once puntos (fue derrotado por el Barcelona, el Sevilla, el Villarreal y empató en Valencia). En un tramo parecido (Villarreal y Valencia, además de su enfrentamiento con el Real Madrid), perdió el Barcelona el colchón de puntos con el que tan cómodo vivía.

Ha cambiado radicalmente la dinámica y da la impresión de que si la Liga hubiese durado varios partidos más la hubiese ganado con facilidad. Ahora tendrá que esperar a que el Granada dé la gran sorpresa contra el Barcelona y a ganar al Deportivo en Riazor. Es difícil pero no imposible y ya se empieza a hablar de maletines. «Yo creo que el Madrid cumplirá la normativa, y la normativa española no permite primar a nadie y eso es lo que hará el Madrid, que suele cumplir las normas», decía ayer Tebas, sobre una posible prima al Granada.

En el conjunto blanco están centrados en lo suyo. Ningún equipo ha sumado en el tramo final de la Liga tantas victorias como los de Zidane. No es fácil porque son los encuentros más complicados, en los que más pesan los nervios y los jugadores llegan muy castigados, con demasiados minutos en sus piernas. Eso le ha sucedido al Real Madrid, pero entre las rotaciones y el buen papel de los jugadores secundarios ha salvado los días más delicados. Porque Zidane ha estado luchando contra la desventaja que tenía, contra el desánimo de los futbolistas y, sobre todo, contra las lesiones que le han perseguido: el último es Lucas Vázquez, que, según desveló el estudio radiológico que le hicieron ayer, sufre un esguince de rodilla. El canterano se lesionó al final del partido, cuando Zidane ya estaba a punto de quitar del campo a James. Pero al ver a Lucas en el suelo, paró el cambio para sustituir al lesionado. Ahora Lucas Vázquez no podrá jugar el encuentro del próximo sábado contra el Deportivo. El objetivo es que esté listo para la final de la Champions.

Después de perder contra el Atlético, el Madrid salió disparado (sólo con el tropezón de la ida ante el Wolfsburgo). El último choque de la temporada, también contra el Atlético, tiene que cerrar el ciclo virtuoso blanco.

Source: Deportes