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El 28 de agosto de 2005, un joven brasileño de 21 años deslumbró en su estreno en el Real Madrid, en el campo del Cádiz, con 25 minutos impresionantes. Técnica individual, estética… el hombre que llegó para levantar el ánimo de los Galácticos, que un año antes habían perdido la Liga contra el Barça de Ronaldinho, hizo honor al aura con la que venía: efectivamente, parecía el heredero definitivo de Pelé. Y precisamente por ese tipo de comparaciones se acaba con la imagen de muchos jugadores. Robinho no era Pelé, pero tampoco era un mal futbolista. Vestido de blanco llegó a ganar dos Ligas y en su mejor momento, la tercera temporada, cuando más decisivo estaba siendo, se lesionó, se perdió la ida de los octavos de la «Champions» contra la Roma y jugó lesionado la vuelta. Perdió el Madrid. También él es en parte culpable de que la sombra de «O’Rei» le persiguiera siempre. Dijo que llegaba a Europa para ganar el Balón de Oro. «Me voy para ser el mejor del mundo», aseguró cuando abandonó el Madrid. No era el mejor del mundo, pero tampoco era un mal futbolista… Por eso se convirtió en el primer gran fichaje del Manchester City del jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan (45 millones pagó al conjunto español), y en su primer curso en la Premier firmó su año más goleador, con 14 dianas, el tercer máximo anotador del campeonato inglés, por detrás de Anelka y Cristiano Ronaldo.
Pero las relaciones del delantero con el técnico, Roberto Mancini, no eran buenas, y por eso su aventura en Mánchester no duró mucho. También en Inglaterra estuvo salpicado por un escándalo sexual (no sería el único), del que fue declarado inocente. Era el verano de 2010 y el equipo que se interesó por él fue… el Barcelona, su rival de hoy en las semifinales del Mundialito de Clubes, en el que River Plate ya espera en la final. Robinho pudo formar parte del Barça de Guardiola y ser el escudero de Messi, lo que es ahora Neymar, aunque a ellos se ha unido Luis Suárez. Terminó siendo el acompañante de Ibrahimovic en el Milan, con el que conquistó el «Scudetto». Precisamente con el equipo rojinegro ha marcado su único gol a los azulgrana, en un partido de la «Champions» que terminó 1-1. Con el Madrid se enfrentó seis veces y no logró anotar, pero ganó tres, empató dos y sólo perdió en una ocasión.
Con 31 años, Robinho lidera la lista de brasileños del Guangzhou Evergrande, que completan Paulinho, Luizao, Elkeson, Goulart y, por supuesto, el entrenador, Scolari, que también pudo ser azulgrana por su amistad con Rosell. Es el equipo más importante de China, ganador de la liga de forma consecutiva desde 2011. Un año antes estaba en Segunda, donde fue relegado por amañar partidos. «Tiene una edad buena para seguir jugando y es un futbolista de calidad “top”», definió Luis Enrique a Robinho, del que siempre se sospechó por su fragilidad física. A China llegó en agosto y cobrará tres millones por seis meses.
Source: Deportes