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Los hinchas más acérrimos de Modric publican estos días «tuits» antiguos de otros hinchas y periodistas que criticaban su fichaje en tiempos de Mourinho. Modric era un desconocido para el aficionado medio al fútbol, un futbolista que llegó del Tottenham, sin nombre, sin tener muy claro en qué posición debería jugar y al que, además, le faltaba todo el ruido que acompaña a otros fichajes. Pero el jugador croata ha ido superando todos los prejuicios y se ha convertido en el jugador con más peso en el equipo de Zidane, como lo fue con Ancelotti, que tanto lo echó de menos la temporada pasada, cuando Modric estuvo más tiempo lesionado que jugando. Al final disputó sólo 25 partidos (esta temporada ya lleva 27) y el Madrid se quedó sin ningún título. Todos los análisis que se hicieron dentro del club llegaban a la conclusión de que hubo una relación causa-efecto.
No ha sido fácil para Modric superar todas las suspicacias. Cuando llegó al Madrid o cuando era un niño que soñaba con jugar al fútbol y sobrevivir. Era pequeñito y delgado en medio de la guerra de los Balcanes. Un niño que huyó de Obrovac, su lugar de nacimiento, para instalarse en un hotel de refugiados en Zadar, donde al director del mismo no le pasó inadvertido su talento. A partir de ahí, como contó un reportaje de «Informe Robinson», pese a la fragilidad que daba a entender su aspecto indefenso fue adquiriendo un nombre.
«Él trabajó muy duro para desarrollar su talento y hoy todo el mundo puede ver el resultado de ese trabajo», contesta en un email a este periódico Romeo Jozak, entrenador en la Federación croata de fútbol y que fue quien guió a Modric cuando llegó al Dinamo de Zagreb, el gran equipo de la capital. Antes Modric había sido rechazado por el Hajduk Split, el otro grande croata. En el Dinamo tuvieron más paciencia. Vieron que había un proyecto de futbolista. Vieron que ese chico tenía algo que los demás no iban a tener nunca. «Una habilidad propia, un don de Dios», continúa Jozek. Ya en esa época, Modric utilizaba el exterior del pie como los demás utilizan el interior. Da un efecto hacia fuera al balón y lo pone donde quiere. «Lo que hace con el exterior de su pie es algo que me impresiona», asegura Zidane. «Ya venía con ese talento cuando llegó al Dinamo», continúa Jozek. «Enseguida pudimos ver que ésa fue una de sus grandes habilidades. Nosotros lo vimos y le alentamos para que siguiera utilizando ese recurso», asegura. Hay entrenadores que han intentado corregirlo o explicarle cómo tiene que mejorarlo, pero a sus 30 años poco se le puede enseñar a Modric. «Por la rapidez con la que mueve el balón y la habilidad para cambiar el juego es un futbolista determinante», decía Ancelotti.
Y cada partido que pasa lo es cada vez más. Con el exterior del pie, con el interior, con el empeine o en cualquier zona del campo, Modric decide cómo se juega en el Madrid. Hizo un partido descomunal contra el Betis, se llevó una ovación grandiosa del Bernabéu contra el Espanyol y fue decisivo para ganar en Granada. Modric es el guía del Madrid.
Source: Deportes