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Las máximas autoridades del deporte ruso recularon ayer ante las acusaciones de dopaje de Estado recogidas en el informe de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA o AMA). Si la respuesta inicial de Moscú fue revolverse, denunciando el doble rasero y la conspiración política de la agencia, el tono de sus declaraciones se ha moderado y ahora muestra disposición a colaborar para evitar la suspensión del atletismo ruso en bloque, «un escenario posible», según reconoció ayer el Ministerio de Deporte.
La colaboración de Rusia para evitar la suspensión comenzó el lunes con la destitución del director del laboratorio de Moscú, uno de los ejes de la trama de corrupción, que habría ordenado la destrucción de más de 1.400 muestras sospechosas antes de la visita de la comisión, y continuó ayer con el ofrecimiento de nombrar a un sustituto extranjero, elegido por la WADA.
El Comité Olímpico ruso promete mano dura con los casos de dopaje. «Si se demuestra su culpa, habrá un castigo contundente», a cambio de «tener en cuenta el derecho de los atletas limpios a competir». Una promesa de mano dura que esconde sin embargo una paradoja, pues la destrucción y manipulación masiva de pruebas sospechosas en su día hace muy complicado identificar a estas alturas a los verdaderos infractores.
Mientras Putin guarda silencio sobre el asunto, quien está en el centro de las miradas es el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, también señalado por la investigación, que lamentó ayer que haya quien «sólo quiere manchar la imagen de Rusia y eliminar a un rival potente», si bien, afirmó, «estamos dispuestos a verificar todos los hechos y a cumplir con todas las recomendaciones de la Agencia».
Vitali Mutkó, que recordó que el sistema de control antidopaje en Rusia se creó en vísperas de los Juegos de Sochi del año pasado, bajo la dirección de la AMA y el Comité Olímpico Internacional (COI), anunció ayer que ya dispone de una hoja de ruta. «Si la cumplimos, nos damos la mano y no vamos a tirarnos de los pelos cada vez que aparezca un nuevo documental», concluye.
La Asociación de Fútbol Británica (FA), por cierto, pidió ayer la cabeza de Mutkó, pues además de ministro de Deportes es presidente de la Federación Nacional de Fútbol y responsable del Comité Organizador del Mundial de 2018, que tantos recelos despierta.
«La FIFA debe valorar si, tras las graves acusaciones de la WADA, Vitali Mutkó puede seguir al frente del comité organizador del Mundial», comentó Greg Dyke, máximo responsable del fútbol británico.
Source: Deportes