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Cuando se apagan las luces del Bernabéu y sólo quedan los rezagados y se ha apagado la calefacción y el ruido, si no ha jugado, Lucas Vázquez salta al campo con uno de los preparadores físicos y comienza a hacer esprints.
12,34 kilómetros recorrió Lucas Vázquez en Anoeta. Más que nadie en el campo, de un lado para otro, en ataque o ayudando en defensa. Y tuvo fuerzas para dar el pase que decidió el choque. 13.323 metros se había recorrido el pasado martes contra el Manchester, también más que nadie sobre el césped. Llegó de Galicia a la cantera blanca, se fue al Espanyol y Benítez lo pidió esta temporada. Y cuando parecía que iba a ser un buen suplente, un jugador para los partidos intrascendentes, está siendo fundamental. Desde que volvió supo que sólo había una forma de hacerse un sitio: correr. «En el Madrid siempre hay un hueco para la dedicación, el esfuerzo y el trabajo solidario», cuenta el futbolista en un encuentro con LA RAZÓN.
Source: Deportes