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Con las apreturas habituales de anteriores campeonatos, pero con una derrota. España abrió los Juegos con un derrota que se puede corregir. Es la costumbre en los grandes torneos, ir de menos a más y era de esperar que se repitiera en Río después de una preparación lejos de la ideal. España estuvo muy cerca de resolver el partido en el tercer cuarto y no fue capaz de cerrarlo. Eso permitió a los croatas soñar con la victoria hasta el final. Un tapón de Dario Saric a Pau en el último segundo evitó que el equipo de Scariolo al menos llegara a la prórroga.
Sin estar a tope, como él mismo ha reconocido, Pau sigue siendo un jugador de otro planeta. Con su presencia España es otra y el estreno ante Croacia lo confirmó. Sabe leer el partido como nadie y sabe cuándo tiene que emplearse y gastar unas energías que serán preciosas a medida que avance el torneo. El problema es que tuvo que jugar demasiado, llegó agotado al final y no encontró relevo alguno. Junto a su ya ex compañero en los Bulls Mirotic al lado, España tiene el mejor juego interior de los Juegos. Aunque lo de juego interior habría que aclararlo. Los cuatro primeros triples fueron responsabilidad de los dos grandes y con ellos, España asumió el mando del partido ante Croacia, una selección a la que no se esperaba en Río. Los balcánicos tumbaron en el Preolímpico a Italia y Grecia. Tienen talento de sobra y queda por ver que Aça Petrovic sea capaz de evitar la habitual anarquía de los últimos años.
España no sólo dominó el partido hasta el tercer cuarto por el despliegue ofensivo de Mirotic y Pau. Cuando el equipo se emplea atrás, es más fácil sumar en el aro contrario. Con el trío exterior por el que ha apostado Scariolo –Ricky, Llull y Rudy– el agobio a lo rivales está garantizado. España sólo encajó 13 puntos en el primer cuarto y 15 en el tercero.
También hubo agujeros, algo inevitable en el arranque de cualquier torneo como no ha podido ocultar a lo largo de su trayectoria este equipo. Sin Pau y sin Mirotic, el ataque se puede congestionar. Y vaya si lo hizo en los momentos de la verdad. Fue la razón a lo que se agarraron los balcánicos para reengancharse al partido cada vez que España daba un tirón serio. El último llegó cuando se acercaba el final del tercer cuarto (50-36). España tuvo posesiones para sentenciar el partido, pero no fue capaz de aprovecharlas y los croatas empezaron a crecer gracias a la inspiración de Bogdanovic. En España no había relevo para Pau y los croatas comenzaron a acercarse hasta que llegaron a los últimos minutos por delante. Un triple imposible de Mirotic y un error en el tiro libre de Saric provocaron que España dispusiera de la última posesión para evitar la derrota. Pau recibió dentro, pero su gancho se encontró con el tapón de Saric.
Source: Deportes