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Diez de los veintitrés futbolistas seleccionados por Vicente del Bosque para la Eurocopa de Francia no estuvieron hace dos años en el Mundial de Brasil. Es verdad que de ellos sólo los delanteros tienen posibilidades de ser titulares, mientras que el resto van, en principio, para ser suplentes y aportar energía y vitalidad al equipo. Y también, y principalmente, buenas vibraciones. «Con el juego de la Selección es mas fácil meter goles. Tenemos gente muy buena arriba y hay que dar lo máximo para que el equipo pueda ganar y jugar bien», decía ayer Morata. «El año ha sido muy completo y este premio de estar en la Eurocopa es muy satisfactorio. Ahora quiero ayudar en todo lo que sea posible para que la Selección haga una gran Eurocopa», añadía el tercer portero, Sergio Rico. Son futbolistas entusiasmados, que no guardan más recuerdos de España en una competición internacional que los que hayan visto por televisión y eso es un punto a favor. El equipo de Del Bosque acabó el Mundial de Brasil desmoralizado y con la sensación de que se había acabado un ciclo grandioso. Dos años después, uno de los grandes retos del seleccionador es evitar que ese sentimiento se cuele en el grupo que esta semana se marcha a Francia para jugar la Eurocopa.
Mañana España juega su último amistoso, el miércoles viaja al país vecino para empezar la concentración y el lunes que viene, dentro de una semana, debuta con Chequia. «El Mundial y la Eurocopa son torneos diferentes. En Brasil no estuvimos al nivel que esperaba la gente ni nosotros y se juntó todo. Ahora ha pasado mucho tiempo y esta Eurocopa es totalmente diferente. Venimos con la misma ilusión, pero con una con mentalidad diferente y olvidando lo que pasó. Hay que olvidarse de las cosas negativas y quedarnos con lo bueno», explicaba ayer Jordi Alba, uno de los que de peor modo terminó la competición hace dos años. Se fue enfadado con los periodistas, recordando aquellos años de frustraciones, que siempre acababan igual. El lateral del Barcelona va a ser titular en la banda izquierda, como lo van a ser casi todos los que fracasaron en Brasil.
En medio ha habido una fase de clasificación y un pequeñísimo cambio generacional en el ataque y en la responsabilidad en el centro del campo. El resto sigue igual: «Ha habido cambios importantes en la Selección tras el Mundial y encaramos con muchas ganas la Eurocopa. Vamos a intentar ir paso a paso y ya veremos. He tenido la gran suerte de vivir uno de los mejores momentos de la historia del fútbol español con esta Selección, pero ya es pasado», explicaba Sergio Ramos al empezar la concentración. Ésa es la consigna: hay que olvidar el Mundial de Brasil y convencerse de que lo que empieza esta semana es una nueva etapa.
Aunque este torneo será la despedida de Vicente del Bosque al mando, el salmantino ha confeccionado su lista más polémica con el fin de comenzar lo que él denominaría una transición tranquila. La selección de delanteros, sin dar opción a Fernando Torres, es un ejemplo claro de lo que quiere. La gran incógnita es lo que va a suceder en la portería: Casillas o el futuro, que es De Gea. Quizá esa elección, que no se va a desvelar hasta que se dispute el primer partido oficial, va a marcar el tono de este equipo, cuánto quiere romper con el pasado.
«Hay que aprender de los errores, de los fallos, hacer un buen trabajo y conseguir el título», decía ayer Lucas Vázquez, uno de los nuevos, que ha reconocido que tanto los triunfos como las decepciones de la Selección los vivió entre amigos, de vacaciones. Ahora le toca ser uno de los protagonistas y llevar a cabo un papel parecido al que ha desempeñado esta temporada en el Real Madrid. Ser el futbolista que cambia la dinámica del juego en el campo. Ser, en la concentración, uno de los hombres que cambia la manera de pensar, por si llegan los malos recuerdos. «Nos tenemos que centrar en hacer un buen papel», seguía el madridista.
Source: Fútbol