A estas alturas, la fe no es suficiente

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Restan cinco partidos del «Top 16» y después de la derrota ante el CSKA el Real Madrid necesita tres victorias para alcanzar el cruce de cuartos de final previo a la «Final Four» de Berlín. El calendario para los de Laso es lo más parecido a la etapa reina del Tour. Hay cuatro desplazamientos seguidos: Kaunas, que es el único sencillo; luego llegan el Palau, Atenas y Vitoria. El postre es la visita del Khimki al Palacio. El tropiezo ante los rusos ha vuelto a situar al Real Madrid en una situación en la que el margen de erro es muy escaso. Es el escenario en el que mejor se ha manejado el equipo en lo que va de temporada, pero… Lo que dejó claro la victoria de los moscovitas es que este año también hay que contar con ellos como candidatos a todo. Han estado en 12 de las trece últimas fases finales y esta temporada no será una excepción. El Madrid, que terminó reventado, estuvo lejos de ofrecer una respuesta acorde a la talla del rival. Los Sergios no fueron importantes y sin Rudy eso todavía se nota más. Nadie logró alterar los biorritmos de los rusos. Controlaron el partido con una templanza pasmosa. Para cada intentona de aproximación siempre tuvieron respuesta y cuando apretaron mediado el último cuarto se escaparon y el Madrid fue incapaz de volver a echarles el lazo.

Era día de partido de verdad. De Copa de Europa con mayúsculas, aunque al principio a nadie le salieran los planes. El Real Madrid se dejó la puntería en la racha de ocho victorias consecutivas. Los francotiradores firmaron dos cuartos para el olvido. El 4/18 que exhibía la hoja de servicios blanca al descanso en tiros de tres era el reflejo de una jornada aciaga desde el perímetro. Los rusos no sacaron mucho partido de los errores porque De Colo y Teodosic tampoco llegaron al partido a primera hora. Del francés nada se supo hasta bien avanzado el duelo. El serbio llegó tarde, pero nada más aterrizar ya se hizo notar y terminó siendo decisivo. Su presencia y el agujero interior que hizo Hines dieron el control al CSKA. La pelea se puso seria en el tercer cuarto. Dos triples de Carroll y cinco puntos en una jugada en la que Hines cometió una antideportiva y se le señaló una técnica dieron más cuerpo al partido. Ahí apareció la verdadera dimensión de los rusos. Con menos nombres que otras temporadas dan la impresión de ser más equipo y de no achicarse ante las situaciones más exigentes pese al histrionismo en el banquillo de Itoudis.

El Madrid empujó. El partido se equilibró (52-52), pero el CSKA siempre encontró una rendija para que el Madrid viera cómo su esfuerzo, con el paso de los minutos, era inútil. La defensa de Higgins al «Chacho», los triples de Fridzon y la aparición de Teodosic y De Colo dieron al CSKA el empujón definitivo (68-80, min 35). Ante otro equipo había tiempo para creer en la remontada, pero el rival era demasiado poderoso. La fe con la que el Madrid mantuvo la pelea durante más de tres cuartos no bastó para que el combate llegara vivo al final. Ahora quedan cinco finales.

Source: Deportes

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