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«Tienen un equipo de fútbol increíble», bromea Jared Sullinger desde Boston. La pregunta viene desde Madrid, en la videoconferencia organizada por la NBA con periodistas españoles e italianos antes de la gira europea de los Celtics. El ala-pívot, una de las caras más reconocidas de la franquicia de Massachusetts, se pone serio después para admitir que es un honor jugar contra el campeón de España y de Europa y que será difícil, pero que ellos sólo piensan en ganar siempre. «Ellos» son los Celtics de Boston, un equipo en plena reconstrucción, sin superestrellas en su plantilla, pero que sigue portando en el verde de la camiseta la gloria de su pasado. Jugarán el jueves en el Barclays Center después de hacerlo mañana en Milán, en el arranque de una temporada en la que su objetivo es volver a meterse en «playoffs» y superar una primera ronda de la que el pasado abril fueron barridos por los Cleveland Cavaliers de LeBron James.
Vuelven a Madrid 27 años después de aquel Open McDonalds de 1988, también en el Palacio de los Deportes y también frente al Real Madrid, pero entonces sí, cargados de estrellas. Eran los últimos grandes momentos del mítico equipo de Larry Bird, McHale, Johnson, Parish y Danny Ainge. Ése fue el quinteto titular que todos los aficionados recitaban de memoria y que empezó el partido ante el Real Madrid de Petrovic, Biriukov, Romay, Fernando Martín, Johnny Rodgers… Precisamente Danny Ainge es el nexo que une aquel partido y esta nueva visita, porque el alero de entonces es ahora mánager general del equipo, el responsable del último título en 2008 con Paul Pierce, Garnett, Rondo y Ray Allen, y de que la franquicia vuelva a estar en disposición de conseguir su título número 19.
Para lograrlo, Ainge ha puesto al mando del proyecto a Brad Stevens, un entrenador joven y amante de las estadísticas, que llevó a la pequeña universidad de Butler a dos finales de la NCAA. Un estudioso del juego sobre el que los Celtics quieren construir su siguiente periodo glorioso. «No tengo el gusto de conocer personalmente al entrenador Laso, pero lo que ha conseguido con el Real Madrid es impresionante. Tienen grandes jugadores y llevan mucho tiempo jugando juntos. Son dos estilos de juego diferentes y va a ser muy duro para ambos equipos», decía la semana pasada, también por videoconferencia. Ayer, el técnico tenía prevista una charla con sus jugadores para alertarlos del gran nivel del baloncesto europeo y de la importancia de dejar una buena imagen en estos dos amistosos en Europa.
En 1988, el Real Madrid cayó ante los verdes (96-111) y tampoco pudo con Utah Jazz en 2009 (87-109). El jueves tiene una nueva oportunidad en un amistoso siempre especial.
Source: Baloncesto