Una desgracia; una oportunidad

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A los grandes jugadores les cuesta mucho ganarse a la afición del Bernabéu. Casi todos siguen el mismo proceso: primero, el entusiasmo inicial, la expectativa que generan nada más tocar el balón. Eso pasa pronto. Después llega lo peor: el examen continuo, las dudas. En las hemerotecas se puede leer el debate que se creó cuando Zidane aterrizó en el Madrid y se decía que perjudicaba al equipo. O lo que le costó a Cristiano Ronaldo que la grada madridista simpatizase con su forma de ser. Muchos goles tuvo que marcar. Bale ha sufrido un proceso similar y del entusiasmo se pasó a la sospecha, que no se quitaba de encima. Pero en los últimos encuentros lo había conseguido: fue el mejor cuando Benítez ya estaba de despedida y en el estreno de Zidane, contra el Deportivo, se marchó ovacionado. Por fin el socio madridista se relajaba con el galés y disfrutaba con su forma de jugar.

Bale, además, estaba como nunca: rápido por la banda derecha, con mucho gol y trabajo. Era el jugador más destacado, el que más desequilibraba. Pero sus músculos dijeron que no podían más y el domingo tuvo que ser sustituido. Ayer se confirmó que sufre una lesión muscular en el sóleo de la pierna derecha, es decir, que estará dos o tres semanas de baja, como se suponía. Es la sexta lesión muscular que sufre el futbolista, al que el físico está impidiendo desarrollar toda la potencia que lleva dentro. En total, en los dos años y medio que lleva en el Madrid, se ha perdido 16 partidos por lesión y ha estado 87 días de baja.

Ahora el Madrid sólo quiere recuperarle cuanto antes. El plan es que esté para el encuentro contra el Athletic, el 13 de febrero, y jugar esa semana la ida de la «Champions» contra el Roma. En el estado de optimismo en el que se había instalado el Madrid de Zidane, la baja de Bale es una pequeña nube. En el club blanco intentaban ser positivos ayer y miraban hacia los dos futbolistas a los que les toca dar un paso adelante. En los tres siguientes partidos de Liga, Zizou tiene que decidirse por quién sustituye a Bale: o James o Jesé. Frente al Sporting, lo hizo Jesé y más tarde entró James por Isco. Está por ver a quién de los dos utiliza.

Jesé le ofrece más profundidad y James, si está bien, más fútbol. Ambos futbolistas pasaron a un segundo plano con Rafa Benítez, que apenas contaba con ellos. Eran secundarios y eso se notaba en su ánimo y también en su actitud. La llegada de Zidane les ha abierto una pequeña puerta para la esperanza y, aunque sea por la lesión de Bale, ahora saben que pasa otro tren para agarrarse a la dinámica de los titulares y hacer dudar a Zidane acerca del equipo titular. Son tres partidos para coger un tren que pensaban que no iba a volver a pasar.

Source: Deportes

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