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Desde el año 2007 nadie más que él ha podido ganar un mundial de Trial. Ni bajo techo ni al aire libre. Todos, los 20 que se han disputado son propiedad de Toni Bou, un equilibrista interminable, dominador histórico de la especialidad y con ganas de seguir acumulando triunfos.
Nadie se cansa de ganar y él menos, que esta temporada tuvo que hacer frente a un comienzo complicado por culpa de una lesión en un hombro. Le costó un poco más, pero ya tiene en su vitrina las dos coronas de 2016, porque nadie es capaz de superar los obstáculos, ya sean naturales o artificiales, como a los que se enfrentó ayer en su visita a la redacción de LA RAZÓN.
La escalera de emergencia, el pasillo de la primera planta y las mesas de los redactores fueron resueltos por Bou sin penalizaciones, como suele hacer habitualmente en cada cita del Mundial.
Con 19 años empezó a ganar y, ahora, cerca de los 30, se siente con ganas y energías para engordar un palmarés que seguramente ya es inalcanzable para los que vienen por detrás. Dice que sus rivales no le odian y que son los que le ayudan a ser mejor y a dar un paso más adelante cada temporada, aunque cada vez tienen más claro que van a necesitar que Toni se retire para empezar a ganar títulos del mundo.
De momento, todos son propiedad del mejor piloto de trial de la historia, un chico que empezó teniendo como ídolos a históricos como Jordi Tarrés y Dougie Lampkin, a los que soñaba con igualar cuando hacía sus primeros equilibrios con una bici y que ahora le miran a él con admiración. Los ha superado ampliamente, igual que a cualquier leyenda del motor. Agostini consiguió 15 mundiales, Ángel Nieto, 12+1 y Rossi, 9. Toni Bou ya ha llegado a 20 y quiere seguir contando.
Source: Deportes