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Aunque pudiera no parecerlo, al tenis también se juega con los pies, llegando bien a colocarse para poder golpear la pelota con los apoyos adecuados. «Entreno de 10 a 12:30 tenis y luego por la tarde de 3 a 5 físico, más una hora de fisio… Mis entrenamientos suelen fijarse en mucha intensidad de piernas y bola», describe María José Torró, conocida como «Tita». También se juega con la cabeza. «La mente se entrena cada día, luchando cada bola y manteniéndote positiva», continúa la tenista. Y, por supuesto, con los brazos y la raqueta. «Me gustan mi derecha y mi revés. Tengo que mejorar mi juego en pista rápida», prosigue esta mujer nacida en Villena, ganadora de un torneo WTA, el de Marrakech, y actualmente la 125 del mundo, aunque llegó a ser la número 47 en mayo de 2014. Ella sabe lo que es ganar a jugadoras que están en el «top 10», como la alemana Angelique Kerber, ganadora del Abierto de Australia, y también sabe lo que es superar a vencedoras de Roland Garros como la italiana Schiavone. Pero, tan joven como es, con sólo 23 años, Torró también ha conocido que las lesiones forman parte del deporte. Encadenó varias en 2015, lo que desembocó en una pérdida de confianza. «He tenido varias lesiones complicadas y eso te hace más fuerte para sobreponerte. También valoras más el tenis», afirma respecto a lo primero. «Estabilizarse es lo más difícil. Todos los jugadores tenemos altibajos y es complicado mantener el nivel todo el año», comenta sobre lo segundo.
En busca de esa estabilidad está en su «nueva» vida, pues ha dejado su casa, Villena, el pueblo que la vio nacer y en el que empezó a jugar al tenis a los cuatro años porque su familia también lo hacía, por Barcelona, para ponerse a las órdenes de Alejo Mancisidor, el técnico con el que creció y se hizo figura Garbiñe Muguruza. «Con él, muy bien, trabajando duro cada día y escuchando todo lo que me dice. Tiene mucha experiencia», asegura quien confiesa ser admiradora de Rafa Nadal por su «disciplina y mentalidad». Tita Torró y Roberto Carballes son los tenistas del Programa Podium. «Le estoy muy agradecida porque es un apoyo económico y puedo conocer a otros deportistas de otras disciplinas, y entre nosotros nos motivamos», dice Torró. Admite que se puede vivir de este deporte estando más allá del «top 50», pero no con la tranquilidad de si estás entre las mejores.
Alegre y a la vez tímida, sencilla, familiar y amiga de sus amigos, peleará en este 2016 por «mejorar» su tenis. «Y por estar en los Juegos. Me haría mucha ilusión. Ojalá», concluye.
Source: Deportes