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Pepe Reina (Madrid, 1982) es uno de los supervivientes de la época gloriosa de la Selección. Dejó de aparecer en las convocatorias después del Mundial de Brasil y regresa con Lopetegui a un equipo nuevo que quiere parecerse al de antes. El paso por Italia le presta palabras a su discurso en español. Lucha contra la imagen de animador de festejos que en ocasiones tapa la carrera de un futbolista que ha pasado por Inglaterra, Italia y Alemania y lo ha ganado todo con España. Un portero que se defiende con los pies y con la voz.
–¿Ha notado muy cambiada a la Selección?
–No, no. Sigue siendo un grupo fantástico de gente humilde, de buenos chicos y sobre todo de fantásticos jugadores con ilusiones renovadas por la llegada del nuevo míster y con muchas ganas de hacer una buena clasificación.
–Pero muchos ya no están.
–Han pasado dos años y es verdad que van pasando jugadores nuevos, pero las ideas, la filosofía y la esencia de este grupo se sigue manteniendo y creo que hacemos bien en mantenerla. Ha sido la clave del éxito.
–¿Se hace muy raro venir a la Selección y que no esté Casillas?
–Es mucho tiempo con él, son muchos años, muchas convocatorias, muchos entrenamientos juntos. A todo hay que acostumbrarse, incluso a estar sin Iker. Le echaremos de menos, pero mantenemos el contacto aunque dejemos de venir uno u otro.
–¿Pensó en algún momento que no iba a volver a la Selección?
–Lo piensas, porque cuando me voy a Múnich dejo de jugar y ahí se cierran las puertas. Pero tengo la seguridad de que si vuelvo a jugar las cosas van a cambiar y por qué no me pueden volver a llamar. Así ha sido y las cosas están saliendo bien otra vez.
–¿Le ha perjudicado para que le valoren como portero ser el animador de las celebraciones de la Selección?
–No lo sé. Quizá la gente haya sido algo injusta. Los medios, más que la gente, porque son los que primero hablan. Creo que por méritos deportivos he venido a la Selección y la gente que habla a lo mejor sin saber no creo que haya visto más de cinco partidos del Nápoles en los dos últimos años. Tampoco serán muy objetivos. Pero todo es respetable; lógicamente, mi forma de ser no la voy a cambiar nunca y voy a seguir siendo el chaval extravertido, positivo y alegre que he sido siempre.
–¿Hay continuidad entre Del Bosque y Lopetegui?
–Sí, por la manera de jugar, por la filosofía de juego, por los jugadores que vienen, hay una filosofía muy marcada de tener el balón y de tener una personalidad allá donde juguemos. Lógicamente, con las pinceladas nuevas del míster, pero con las mismas ideas.
–¿El partido contra Bélgica les reforzó mucho como equipo?
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–Fue un mensaje muy positivo para creer, para ilusionarnos, para ser optimistas y sobre todo para trabajar esas cosas que se hicieron bien en ese partido.
–¿Está España en condiciones de pelear por los títulos?
–Esperemos. Hay que ir poco a poco y aceptar que no somos el equipo que éramos antes. Hay momentos en los que puedes pelear, pero no eres el gran favorito y es lo que nos pasa ahora.
–El Mundial de Brasil y la Eurocopa, ¿han dejado muchas heridas en el grupo?
–Es un grupo prácticamente nuevo, pero cada Mundial o Eurocopa antes de 2008 fue así. Cuando estás acostumbrado a ganar, es muy bonito, pero hace falta tener la sapiencia de aceptar que en estos momentos lo difícil es volver a ganar. Hay que aceptarlo, como se aceptaba cuando se ganaba. Es lo normal en el fútbol. Estamos en el camino de cambiar las cosas y de volver a estar con los mejores.
–¿Qué le aportó su experiencia en Múnich? Era el primer año que estaba en el banquillo.
–De todo se aprende. Fue un máster de fútbol. Con Neuer y con el míster, con Pep, aprendes mucho. Aunque no juegues sacas cosas positivas. Lógicamente la situación no se sostenía porque no jugaba y se portaron muy bien.
–¿Qué le dieron en Nápoles para que quisiera volver?
–El cariño de su gente. Su forma de ser, la pasión. La gente es muy parecida a la del Sur de España, con la que me identifico muchísimo. No me lo pensé, quería volver a Nápoles y así fue.
–Ha trabajado con entrenadores exitosos como Benítez, Guardiola, Luis Aragonés, Del Bosque. ¿Se podría quedar con uno?
–Es difícil. La mezcla de todos hace un entrenador maravilloso. Tácticamente Pep es un aventajado, ve fútbol que pocos entrenadores son capaces de ver. Con Sarri estoy aprendiendo muchísimo. Con Benítez, mi «valedor deportivo», también aprendí mucho. Hay que buscar las cosas buenas y si algún día soy entrenador haría un «mix» de todos.
–Sarri, su entrenador en Nápoles, ¿es tan especial como parece?
–Es un hombre que se lo ha ganado a pulso. Ha estado en categorías «dilettanti», como se dice allí, de aficionados. Ha pasado por Serie D, Serie C, Serie B, Serie A y ahora está en Champions League viviendo un sueño. Es un profesor de «calcio», del que aprendes un montón de cosas nuevas y diferentes. Y hoy por hoy el Nápoles es el equipo que mejor fútbol hace en Italia.
–¿Qué le queda por hacer en el fútbol?
–De momento, ganar un «Scudetto» con el Nápoles. Estoy satisfecho con mi carrera, pero uno siempre quiere más, quiere conseguir grandes cosas y ojalá un día me toque vivir un «Scudetto» en Nápoles, porque sería con muchísima diferencia el mayor éxito de mi carrera.
Source: Deportes