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Cuando Bale se paró y se tiró al suelo en el encuentro contra el Dépor, el primero que le vio, se acercó y lamentó su lesión fue Cristiano Ronaldo, consciente de que la baja del galés hacía más daño que nunca al Real Madrid. El equipo se había subido a la ola de optimismo y la baja de Bale fue el primer golpe en contra. El empate contra el Betis fue el segundo. Aunque la gran segunda parte en el campo sevillano ha conseguido que el grupo de Zidane siga creyendo en lo que hace. Sin embargo, algunos en el club se preguntaban de manera retórica si la baja de Gareth y no ganar el partido el Sevilla tienen una relación de causa y consecuencia. «Es un gran jugador, pero queda feo decir que le hemos echado de menos con la plantilla que tenemos», aseguraba Marcelo, uno de los capitanes, después del partido. Los jugadores no hablan de los que faltan, pero sí que es cierto que sin Bale el Madrid perdió a su jugador más en forma y que quizá con él algunos de los centros que con comodidad recogió Adán podían haber sido más peligrosos si Gareth hubiese estado en el campo.
Ayer el futbolista se entrenó sobre la arena para fortalecer la pierna. La temporada pasada ya hizo sesiones parecidas cuando se lesionó. Eran duros días de trabajo sobre arena y sobre una rampa inclinada. Bale es ya muy experto en lesiones de sóleo y él mejor que nadie conoce la manera de recuperarse. El jugador está entregado a su trabajo específico y sabe que Zidane le necesita. Le quiere cuanto antes, pero le quiere en el mejor estado de forma posible y, sobre todo, le necesita para más de un partido. No se va a forzar al futbolista porque se le considera una pieza fundamental en este Real Madrid.
Ya nadie en el club ni fuera discute el sistema de juego ni que tienen que jugar cuatro centrocampistas en vez de los tres delanteros. Con los cuatro empezó el equipo el encuentro contra el Betis y eso no le hizo mejor. Sin Bale, fue un conjunto menos profundo y que apenas hizo daño por la banda derecha. James se marchó hacia el centro y dejó ese lado para Danilo, pero el brasileño no llegaba hasta el fondo y sus centros no estaban bien dirigidos.
Aunque Bale no empezó jugando en ese lado del campo, en los últimos partidos de Benítez y definitivamente con Zidane ha vuelto a ocupar la banda contraria a su pie, con libertad de movimientos y mucha facilidad para llegar al área. Cada día que pasa domina más esa posición y aprovecha su velocidad para romper a los rivales. Se asocia bien con Carvajal, al que cubre cuando sube. y mucho mejor con Modric, su gran compañero en la plantilla, y que también carga el juego por ese lado porque es el que le pilla más cerca.
El galés es, junto a Kroos, el que más pases de gol (8) ha dado a sus compañeros. Pero además de variantes en el juego de ataque, Bale le da contundencia. El Madrid es el equipo que más centros hace en la Liga. Es un recurso para superar rivales cuando se encierran: abrir el campo y poner un buen balón en el área. Marcelo ha puesto 91 pelotas en el área. James se acerca a él con 71. La mejor solución para esos pases es un buen rematador y en la Liga no hay como el galés. De sus 14 remates de cabeza, 7 se han convertido en gol. Es un amenaza constante en los saques de esquina o en las faltas desde los laterales porque ha ido perfecccionando esa especialidad, que esta temporada maneja a la perfección. La campaña pasada, por ejemplo, James, con tres tantos, marcó más de cabeza que Bale. Expertos jugadores como Llorente o Aguirretxe sólo han marcado tres goles, ni la mitad de los de Bale. Contra el Betis, hasta 38 centros hizo el equipo blanco. Casi ninguno encontró rematador. Adán se fue creciendo, mientras crecía, como nunca, la nostalgia de Bale.
Source: Deportes