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Nadal disputará la final del Abierto de Estados Unidos después de derrotar a Matteo Berrettini por 7-6 (8/6), 6-4 y 6-1 en dos horas y 34 minutos. Rafa busca el que sería su décimo noveno Grand Slam con lo que se situaría a uno del récord histórico de Roger Federer. Y es que el año de Nadal es prodigioso. Es el único jugador que ha alcanzado al menos las semifinales en los cuatro Grandes. Finalista en Australia, campeón en Roland Garros, semifinalista en Wimbledon y, al menos, finalista en el Open USA. Es un prodigio de regularidad en la cumbre. En un torneo en el que ya ha sido campeón en tres ocasiones (2010, 2013 y 2017) perseguirá mañana su cuarto título ante el ruso Daniil Medvedev.
Del primer set de la semifinal se puede escribir una epopeya. El mejor Berrettini posible tuvo contras las cuerdas a Nadal después de 74 minutos de partido. Al italiano le salieron bien los planes hasta el momento crítico del tie-break. Le funcionó el revés, le funcionó la derecha y le funcionaron las dejadas en todos los momentos críticos previos al desempate. Así fue capaz de salvar dos bolas de break en su primer saque. Salvó tres más en el octavo juego y evitó una sexta, que además era pelota de set, en el décimo. Llegó al tie-break pletórico y se situó 4-0 con un resto ganador que fue un revés cruzado. Era el colmo para Rafa. El italiano tiene muchas virtudes, pero el revés no es precisamente una de ellas. Nadal supo volver a empezar, pero Berrettini dispuso de dos bolas de set. Un error en una volea y otro en una dejada dejaron vivo a Rafa. En los puntos decisivos el español fue tan fiable como lo lleva siendo toda su vida. Presionó al romano con tenacidad hasta que falló. Y lo hizo con su mejor arma, con una derecha, después de una hora larga de partido. Berrettini no podía jugar mejor y aún así ya estaba por detrás.
Si hay una virtud de Rafa en los momentos clave es que sabe ser más paciente que nadie. Nada de precipitaciones, sabe aprovechar su momento. Y tuvieron que pasar cuatro bolas de break más y casi dos horas para concretar la primera ruptura. Berrettini ofreció más de lo mismo hasta que su saque dijo basta. Fue en el séptimo juego. Mientras Rafa ganaba sus saques con autoridad, el italiano se movió en el filo de la navaja hasta que se despeñó. El break en el séptimo juego impulsó el tenis de Rafa y fue suficiente para apuntarse la segunda manga.
Nadal no levantó bien. Olió la final y se fue a por Berrettini. En el primer juego del tercer set llegó la undécima oportunidad de break y consumó la segunda ruptura del partido. La cuesta arriba se hizo imposible para el italiano. Cada derecha era más arriesgada y el cupo de errores de Rafa resultaba ridículo, una broma. Mientras a Berrettini la pista cada vez se le hacía más pequeña, el español estaba cada vez más cómodo y terminó ofreciendo una sensación de superioridad aplastante.
Su rival en la final es la revelación del circuito este año, Daniil Medvedev. El ruso barrió a Dimitrov en tres sets y se reencontrará con Rafa un mes después de haberse medido en la final de Montreal. En aquel Masters 1.000 el número dos del mundo se impuso por un rotundo 6-3 y 6-0. Es la única derrota del ruso en sus últimos 21 partidos.
Semifinales: D. Medvedev (Rus, 5) a G. Dimitrov (Bul), 7-6 (7/5), 6-4 y 6-3 y R. Nadal (Esp, 2) a M. Berrettini (Ita, 24), 7-6 (8/6), 6-4 y 6-1.
Final masculina (mañana, 22:00, Eurosport): R. Nadal (Esp, 2)-D. Medvedev (Rus, 5).
Final femenina (hoy, 22:00, Eurosport): S. Williams (EE UU, 8)-B. Andreescu (Can, 15).
Source: Deportes