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Bale, Marcelo, probablemente James. Todos los buenos, las estrellas rutilantes, menos Benzema, que no se ha recuperado, estarán esta noche en el equipo titular del Madrid. En la Liga, se pueden hacer pruebas y dar minutos, que se vayan rodando los canteranos como Mayoral. Porque la competición española se ha convertido en un asunto menor, un modo de ir rodándose para la única cita que le importa al Real Madrid y a la que se agarra como un náufrago. Para la «Champions» no va a faltar nadie, porque el equipo de Zidane tiene que pasar de ronda sí o sí y tiene equipo y ventaja para hacerlo. Pero por si acaso, por el recuerdo del Schalke de la temporada pasada («No nos olvidamos de eso», dijo ayer Pepe) y porque aún ve al equipo con algunas dudas en los momentos importantes, el entrenador francés va a intentar evitar cualquier opción rival y va a jugar con los mejores que tiene a su disposición, los pesos del vestuario, que son ellos los que al final tienen que conducir al equipo al éxito.
En realidad, la elección que va a marcar el tono del equipo de Zidane es su hombre en el centro del campo. Casemiro da personalidad y empaque a un equipo que tiende a ser frío donde no debe. Modric y Kroos van a jugar. Falta saber si les dará el mando o decide que tienen que compartirlo con el mediocentro. Con Casemiro, Zidane querrá frenar la intensidad de un rival que suma siete encuentros sin perder y mira el Bernabéu con la ligereza de quien no tiene nada que jugarse. La derrota en la ida ha quitado a la Roma cualquier responsabilidad y eso le da peligro.
Además, el conjunto italiano es muy distinto al que se enfrentó el Madrid en febrero, con un impulso nuevo y con fe en sus posibilidades. Sabe que un gol a favor en el Bernabéu lo cambia todo: «Los jugadores tienen que saber que cada partido depende de lo que van a hacer durante el mismo. El resultado de la ida lo hace más difícil. Si los jugadores piensan que tenemos que marcar tres goles, se complica. Hay condiciones psicológicas que determinan el partido. Debemos marcar un gol y así cambia el partido psicológicamente para nosotros, su ventaja es que puede jugar más equilibrado», explicaba ayer Spalletti, que ha contagiado el entusiasmo a sus jugadores.
En la ida, la Roma llegó bien, pero fue un equipo sin consistencia, inferior al Madrid. Hoy va a ser más intenso y quiere jugar con la debilidad del rival. «Si dejas el control al Madrid es muy difícil, si son ellos los que eligen también será muy difícil. Tenemos que tener valor de proponer nuestras ideas. A través de esto podemos encontrar más espacios y que el Madrid no controle tanto. Lo intentamos trabajar en los entrenamientos».
Zidane se ha ido poniendo serio estos días, para centrar a sus futbolistas y hacerles entender que se juegan mucho. En el descanso contra el Celta, cuando el Real Madrid ya ganaba con un gol de Pepe, el técnico abroncó a sus jugadores, indignado con su actitud y con el poco espíritu competitivo. Les hizo saber que había que plantearse la segunda mitad como si hubiese que remontar. Y les convenció. Para hoy, por si acaso a alguno se le ocurre relajarse por la ventaja de dos goles en la ida, para dejar claro que se trata de asuntos mayores, deja fuera a Borja Mayoral, el canterano que estaba haciendo de Benzema estos días.
«Ha jugado tres partidos con una intensidad increíble. Forma parte del grupo, es del Castilla pero es importante para nosotros. Le pone muchas ganas y personalidad, pero hay que ir tranquilamente con él. Le digo que lo que hace es fantástico pero hay que ir poco a poco», explicaba el entrenador francés por la mañana, antes de dar la convocatoria y sin dar pistas acerca de si iba a contar con él o no. Después, le dejó fuera. Mayoral aún forma parte de las categorías inferiores y este partido son palabras mayores. Ni una prueba ni un despiste.
Están todos. James no jugó un minuto el sábado y eso le da opciones para ser titular en el choque contra la Roma. «Se entrena bien y está comprometido, como dije el otro día. Hay que hacer cambios a veces. James tiene que darlo todo y es lo que está haciendo. Es talentoso y queremos más de él, pero como con los otros. Está mejorando y lo está demostrando», dice el entrenador, que no desvela más secretos, pero sabe que su equipo necesita dar un paso al frente, un golpe de autoridad: no sólo para clasificarse, también porque los cuartos son a principios de abril y la travesía en Liga será más sencilla o más confortable si el Madrid apunta maneras ambiciosas contra la Roma. «Hay que gestionar bien la responsabilidad. Lo único que hay que hacer es ganar este partido. Muchos piensan que es un partido fácil, pero tenemos que ganar y ganar bien», explicaba Zidane.
Source: Deportes