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Después de 48 victorias seguidas entre Juegos Olímpicos y Mundiales, 4758 días sin perder un partido en las máximas competiciones del baloncesto internacional, desde las semifinales de 2006 ante la Grecia que sucumbiría frente a España, Estados Unidos ha vuelto a perder un partido.
La derrota ante Francia ha sido una sorpresa, los americanos siempre son favoritos en cualquier duelo internacional, pero ha sido una sorpresa relativa. Tanto durante la preparación, cayó ante Australia, como ya en plena competición, se salvó de milagro ante Turquía, el combinado estadounidense demostró que no era un “Dream Team” y que estaban al mismo nivel que otros equipos aspirantes al título.
1- Las numerosas bajas
Aunque Popovich no quiso poner esta excusa durante la rueda de prensa posterior al partido, está claro que el nivel de jugadores que ha traído Estados Unidos al Mundial dista mucho del que ofrecían las plantillas de los últimos dos Mundobaskets.
Kemba Walker no es Kyrie Irving, Donovan Mitchell es una estrella emergente, pero está lejos del nivel de Harden, LeBron o Durant, lo mismo ocurre con Tatum, Harrison Barnes o Brook Lopez.
La primera lista de Estados Unidos sí infundía respeto. Pero Davids, Harden, Lillard, Drummond o Beal renunciaron al Mundial y dejaron muy mermado al equipo estadounidense.
2- Lesión de Tatum
Tres eran las figuras destinadas a liderar al equipo, Walker, Mitchell y Tatum. La lesión en el tobillo del joven talento de los Celtics retiró una de las armas ofensivas a Estados Unidos que no encontró un fondo de banquillo a la altura.
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3- Kemba Walker falló como líder
Se echó el equipo a la espalda en el partido con Turquía y el fallo desde la línea de tiros libres de los otomanos permitió que Estados Unidos se llevara el partido. Pero ante Francia el equipo se congeló en el último cuarto y Walker no fue el líder que necesitaban. Falló una entrada a canasta donde le esperaba Gobert, dos tiros libres tras provocar una falta de tres y remató con un campo atrás en un saque tras tiempo muerto.
4- Popovich cambió de plan
Si había un entrenador que podía adaptar la NBA a FIBA ese era el de los Spurs. Su equipo ha jugado los últimos veinte años con el estilo más europeo de la liga americana, sin embargo durante este Mundial su plan era completamente distinto. Estados Unidos no ha jugado nunca como equipo y su plan, en el juego parado, se basaba en el talento individual o en el pick and roll. En los minutos finales optó por jugar con bajitos y no le salió.
5- Defensa en zona y no dar opción al contraataque
Muy ligado al apartado anterior pero en el otro banquillo. Los entrenadores rivales se dieron cuenta de que en el uno contra uno Estados Unidos era imparable. Prepararon, tanto Turquía, Brasil y Francia, un entramado defensivo basado en los cambios y en las ayudas que los americanos no supieron responder. Sin su superioridad física en el uno contra uno, ni la facilidad para correr “coast to coast” los americanos se quedaron sin plan.
6- Contra Francia: Gobert y minutos finales para olvidar
Dicho todo esto, Estados Unidos se ha quedado fuera del Mundial por un último cuarto para olvidar. El talento de sus jugadores hizo que dominaran, sobre todo en el tercer cuarto, el partido hasta sus momentos finales. Allí los americanos no encontraron soluciones, fallaron una gran cantidad de tiros libres y se encontraron en los dos lados de la cancha con un imponente Rudy Gobert. Myles Turner ha sido el único pívot que ha mostrado un nivel decente, pero no ha podido con el mejor defensor de la NBA.
Source: Deportes