La Selección como impulso

La ACB busca en el producto nacional un nuevo impulso. Con la inercia del oro en el Eurobasket, la Liga Endesa se presentó en la sede de la compañía eléctrica que la bautiza en un clima de indisimulado optimismo. El acto no tuvo la grandiosidad de anteriores ediciones cuando el imponente «hall» se transformó en una pista de baloncesto. La puesta en escena en el auditorio fue más modesta, una reinvención meritoria con una tertulia en la que participaron cinco jugadores españoles (Guillem Vives, Juancho Hernángomez, Dani Díez, Navarro y Reyes) y otros tantos técnicos, y que estuvo marcada por el éxito de Gasol y su cuadrilla, y el nuevo contrato televisivo firmado con Movistar+. El título de la Selección planeó desde el principio con un vídeo homenaje a los campeones, en el desarrollo del acto y en los corrillos posteriores. El acuerdo sobre los derechos televisivos es para los tres próximos años y en la temporada que arranca el sábado supondrá un ingreso de cinco millones de euros para los 18 clubes. Hay más de uno que con lo que perciba se ha garantizado la supervivencia. En los planes del nuevo operador se contempla un carrusel de tres partidos los domingos por la mañana y el partido estrella el domingo a última hora de la tarde.

«Una liga de oro» –otro guiño para España– fue el mensaje que presidió el acto, y las proclamas institucionales fueron por ese camino. «Es maravilloso comenzar nuestro quinto año de colaboración y tener la sensación de que acertamos en su momento», dijo Borja Prado, presidente de Endesa. Su colega de la ACB, Francisco Roca, fue más lejos: «Somos la liga más potente fuera de Estados Unidos». Y reivindicó su parte del éxito de España en el Eurobasket: «La Liga Endesa es la cuna y la casa de muchos de los jugadores de la Selección». Esa defensa del producto nacional contrasta con su presencia en las plantillas: el porcentaje de jugadores seleccionables por Scariolo apenas roza el 40 por ciento (83 de 212). Eso sí, nueve de los doce campeones de Europa estarán cada fin de semana en las canchas españolas y más de la mitad forman parte del Real Madrid. Felipe Reyes, su capitán, fue tan ambicioso como lo era hace un año con cinco títulos menos en su palmarés: «Todavía tenemos más hambre, nos queda cuerda para rato. Cuando uno gana cosas quiere seguir ganando y no se conforma con lo que tiene. En el Madrid los jugadores queremos seguir consiguiendo cosas y los nuevos, todavía más. El objetivo es ganar títulos». A su lado, Juan Carlos Navarro, el capitán del Barça campeón de la Supercopa: «Me encuentro mucho mejor de como lo dejé el verano pasado y ahora, cuando coja el ritmo de estar con todo el equipo, vamos a ver cómo funciona y cómo va el tema del dolor». El verano sin la Selección le ha servido para recibir en dos ocasiones factores de crecimiento, descansar y hacer ejercicios de rehabilitación para sus maltrechos pies. Reyes y Navarro, los dos representantes de la generación de oro, no disimularon su intención de llegar a los Juegos Olímpicos de Río, aunque antes pueden llegar a disputar en torno a 80 partidos. Reyes avisa: «En los meses de diciembre y enero puede haber un bajón físico de la gente que hemos estado en verano con la Selección».

En los banquillos predomina el producto nacional. Quince de los 18 entrenadores son españoles y los tres extranjeros (Katsikaris, Tabak y Perasovic) llevan media vida en la Liga Endesa. En la presentación estuvieron los cinco que pueden presumir de tener al menos un título en su palmarés. Allí estaban Laso, Xavi Pascual, Joan Plaza, Luis Casimiro y Aíto. El técnico del Herbalife Gran Canaria, el más laureado de todos, con nueve Ligas, fue el encargado de hacer que todo el mundo volviera a poner los pies en la tierra: «El reto ahora es llevar el baloncesto y su repercusión más allá del aficionado directo, del seguidor fiel. Hay que acercarlo al seguidor del deporte».

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