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Esperaba Benítez un partido bravo en Mestalla y quiso reforzar el centro del campo con Kovacic en busca de un guardaespaldas más para los tres delanteros. En lugar de la magia de James o Isco prefirió la intensidad del croata, un correcaminos al que todavía le falta experiencia y claridad para aportar todo lo que tiene dentro. En la primera mitad fue de menos a más, como el Madrid, y se perdió los últimos minutos en los que el equipo tiró de fe y orgullo porque se le fue la mano. O mejor dicho, la plancha en una entrada que le costó la roja. Hasta entonces había cumplido con lo que le había pedido el técnico al colocarlo en el once titular. Tiene pulmones y piernas Kovacic, además de un mayor espíritu de centrocampista que las otras opciones para la zona ancha. Es un futbolista que mira hacia arriba, pero en su ADN está primero el trabajo defensivo, así que se colocó a la derecha de Kroos y ayudó en la contención. El Madrid ha sufrido últimamente sin balón y cuando no lo tuvo en Mestalla, Kovacic fue el primero en darle una mano a Marcelo y Cristiano por el costado izquierdo. Tiene trabajo, pero también clase para mirar hacia arriba y cerca estuvo de sorprender en una jugada individual que sólo estropeó cuando ya estaba dentro del área y tenía un último oponente al que driblar.
El croata es una opción mixta entre optar por Casemiro o por James o Isco y fue por la que se decidió Benítez. Kovacic respondió a la confianza con una actuación aceptable hasta que se ganó una roja que ya sintió antes de levantarse del suelo y mirar al árbitro. Puso cara de ser consciente de haberse pasado de revoluciones y de sentir dejar solos a sus compañeros para lo que quedaba.
Source: Fútbol