Héctor Barberá: "No podemos ganar la liga, pero sí dar alguna sorpresa"

Héctor Barberá afronta su decimoquinta temporada en el Mundial con la sensación de que puede ser la mejor. Ha sido subcampeón de 125cc y de 250cc, pero en MotoGP todavía no ha podido disfrutar tanto como cree que hará este curso con la Ducati satélite del Avintia Racing.

–Los resultados de pretemporada hablan de más igualdad en 2016. ¿Será de verdad así?

–Creo que sí. Hemos probado en Jerez, Australia y Malasia y no es una situación de una vuelta, es una realidad que estamos a un grandísimo nivel que tenemos que aprovechar.

–¿Y cuál es la clave para que estén tan bien las Ducati del equipo Avintia?

–La electrónica (este año todas las motos llevarán la misma centralita, ya sean oficiales o satélite). Yo soy el mismo que hace dos meses y es el mismo equipo. La electrónica hace que el piloto cuente un poco más.

–¿Va a ser más democrático el campeonato?

–Sí, se hace un poco más de justicia. Va a haber más igualdad en MotoGP. Los otros años, con la moto que tenías ya sabías dónde te podías clasificar. Ahora va a ser más parecido a Moto2. Si un piloto se adapta bien a una pista, podrá estar delante.

–¿Los pilotos oficiales tienen que preocuparse?

–Bueno, cuantas menos ayudas te dan… Está claro que por muy bien que lo hiciera yo, sería imposible ganar a una moto oficial el año pasado. Y ahora, como se descuiden podemos estar ahí.

–Traslado al fútbol, el Avintia Racing sería…

–Barça y Madrid equivaldrían a Yamaha y Honda. Suzuki y Ducati serían el Atlético, el Sevilla… Después, el Athletic o el Valencia seríamos nosotros, equipos capaces de hacer daño. No podemos ganar la Liga, pero sí dar alguna sorpresa a los grandes.

–¿Los pilotos de MotoGP son millonarios?

–Pasa como con el fútbol. Ganan mucho dinero Cristiano, Messi y cinco más. En las motos ganan mucho los que se juegan un campeonato, pero los últimos años, que yo luchaba por hacer 14º o 15º, pues ya me dirá…

–¿Y cuántos pagan por correr o lo hacen gratis?

–Muchos más de lo que la gente se cree. En MotoGP quizás no, pero en Moto2 cobran los ocho primeros y el resto paga, trae un patrocinador o va por resultados. En Moto3 los cinco primeros pueden cobrar; el resto, no.

–Aun así, ¿se le ocurre una profesión mejor que piloto?

–Buah… Ir en moto no se puede comparar con nada, porque hay una adrenalina y un riesgo que dependen de ti. Aquí en la moto, si fallas, te caes o vas más lento, pero eres sólo tú. Se podría comparar al tenis. Cuando vas bien es cierto que los elogios caen sobre ti, pero cuando vas mal, también te cae todo encima.

–¿Qué es lo mejor y lo peor de ser piloto de MotoGP?

–Lo mejor, que es gratificante cuando consigues algo. Y lo peor es que siempre estás en el punto de mira, que los contratos van de año en año y que si la temporada anterior no va bien a la siguiente estás en la calle y sin trabajo. En cambio, si vas bien parece que eres una estrella.

–Usted fue un niño prodigio…

–Llegué al Mundial sin esfuerzo. Se decía que tenía talento y con 17 años fui subcampeón del mundo y ganaba carreras. Pero cuando cambié a MotoGP… Todo fueron palos, malas motos, mal asesoramiento… A nivel personal lo pasé mal. He trabajado con psicólogos y he pasado unos años que te hacen pisar la tierra y te das cuenta que lo de las motos está bien, pero que hay una vida y que tu felicidad no puede depender de esto. Es tu trabajo y si te despiden ¿qué pasa, que ya no eres persona?

–¿Pensó en dejarlo?

–Aquí se lleva todo muy a lo emotivo y te puede hacer daño. Después de caer en picado al llegar a MotoGP tras venir de ganar todo, de repente ves que nada sale, que la gente te pregunta: «¿Todavía corres?». O te dicen que te retires. Pero a mí me ha venido bien; después de palos así, pocos más me van a dar.

–Ahora viene lo bueno…

–A ver sí es verdad. El piloto va a ser la diferencia en MotoGP a partir de ahora. Por presupuesto, estaríamos en octavo lugar, pero vamos a pensar que podemos estar más adelante. Si soy sincero, no firmo acabar quinto en Qatar el domingo.

–¿Qué tal lleva la fama?, ¿le reconocen mucho?

–Tengo mil anécdotas. El año pasado fuimos a Japón con un amigo. Cogemos el coche de alquiler para ir al circuito y el navegador estaba a punto de perderse. Para evitarlo hicimos una maniobra incorrecta. Nos paró la policía y al bajarme, me dice el agente: «¡Ohhh Barberá San!». Nos salvamos.

Source: Motociclismo