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Como si fuera una clásica, Philippe Gilbert dominó la etapa que llevaba a la Vuelta hasta Bilbao. Atacó en el alto de Arraiz, en la entrada de la capital vizcaína y con él se fueron Aranburu y Barceló. Dos de los guerreros de siempre en esta Vuelta, dos de los aventureros incansables en busca de una oportunidad. Le aguantaron de primeras, pero no resistieron el segundo acelerón, a falta de algo más de 8 kilómetros para el final.
En esas cuestas, que alcanzan un desnivel del 20 por ciento, consiguió una ventaja de 18 segundos. Parecía imposible para los dos españoles, pero se lanzaron en el descenso con un entendimiento extraordinario y lograron reducir a tres segundos la distancia en la meta. Gilbert supo gestionar su ventaja y administrarla para que le diera tiempo.
Aranburu apretó para ser segundo, otra vez, la tercera en esta Vuelta. Barceló, tercero. Pero el Murias ya tenía premio después de su victoria en Urdax.
Source: Deportes