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El libro de ruta dice que el muro de Garrastatxu es sólo un puerto de segunda, pero era una cuestión de dureza más que de kilómetros. Sólo tres mil metros con una pendiente media del 11por ciento. Eso dicen los números, pero las piernas de los ciclistas entendían otra cosa. Entendían que en ese camino rural que lleva hasta la ermita había un par tramos que superaban el 20 por ciento de desnivel y alguno más que se acercaban. Tramos en los que la bicicleta no avanza, en los que es imposible ponerse de pie sobre los pedales, tramos en los que parece que el final nunca va a llegar. Y ahí, en esas cuestas imposibles, fue donde Mikel Landa volvió a demostrar que el futuro del ciclismo español está en sus piernas.
Nadie se acordaba ya de la paliza que se dieron Madrazo y Denifl, cazados a 13 kilómetros del final. Sky había estado trabajando en los últimos kilómetros de la carrera y Henao se asomó en cabeza. Pero fue Mikel el que arrancó en las primeras rampas detrás del ataque de Vuillermoz y pronto aparecieron las dudas. Se hacía demasiado la primera rampa del 20 por ciento. Miraba atrás, pero no se dejó ir. Sólo Kelderman consiguió alcanzarlos y juntos se fueron los tres hasta que Vuillermoz no pudo más. Se marcharon el holandés y el español y la ventaja iba aumentando poco a poco en las rampas más duras. Por detrás, a los favoritos les costaba situarse. Contador y Nairo Quintana estaban demasiado pendientes el uno del otro y no se atrevieron a saltar hasta que lo hizo Rui Costa. Se marcharon detrás del portugués, aunque no pudieron con Henao, tercero en la meta, ni con Samuel Sánchez. Landa ganaba el esprint por la victoria de etapa con tiempo suficiente para ajustarse el maillot para que luciera en su primer triunfo con su nuevo equipo. Además, es el nuevo líder de la carrera.
“Ha sido algo inesperado porque ni él sabía que estuviera tan bien. Ha sido capaz de aguantar con los favoritos. Lo ha intentado y ha sido capaz de llegar. Estoy muy contento con su triunfo y pensaremos también en Sergio Henao, que se le da bien esta carrera y merece ganar también”, confesaba en meta el compañero del ganador David López.
“Me alegro por Mikel porque ha ganado en casa, ante su público, eso es lo mas bonito que le podía pasar. También es bueno para su confianza ante el Giro. A pesar de las dificultades que ha pasado no ha perdido nivel, y en su sexto día de competición gana a los gallos del pelotón. Va para figura, ya se le veía cuando estábamos en Euskaltel y lleva buen camino”, asegura Samuel Sánchez. El asturiano también lo intentó en Garrastatxu. Saltó con fuerza en el último kilómetro, pero no pudo alcanzar a Landa. “Me han sobrado 150 metros. He llegado fundido, pero content”, asumía.
Source: Deportes