El "show" de Madrazo tras su victoria

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«No me lo creo, no me lo creo», gritaba Ángel Madrazo, con la cara empapada de lágrimas y tirado en el suelo después de su victoria. «No me he visto en otra», decía mientras caminaba hacia el podio acompañado por el jefe de prensa del equipo. Tampoco se creía que tuviera que acudir después a la sala de prensa para atender a los medios. Y ahí empezó el verdadero espectáculo del Gorrión.

Ni siquiera necesitó una pregunta para empezar a hablar. «Estoy todavía que no me lo creo. Estoy en una nube», decía antes de explicarlo todo. «La culpa de todo la tiene el maillot que llevo [el de líder de la montaña], porque hoy he cogido la escapada por él. La estrategia del equipo era intentar filtrarme en una escapada con un compañero e intentar pasar los dos puertos primero, luego quedarme y que mi compañero se quedara delante. Íbamos Jetse [Bol], [Jose] Herrada y yo y cuando hemos visto la diferencia después del segundo puerto, que llevábamos diez minutos o así he bajado al coche y la frase que le he dicho a Julio, el mánager del equipo es: «no dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy2. Y así ha sido». Era imposible frenar su discurso, tan natural como él.

«Los tres nos merecíamos la victoria y quiero agradecer a Bol porque a falta de 50 kilómetros a meta se me han puesto las patas guapas, en un repecho me ha sacado de punto. El equipo me decía que guardase para mañana pero me he puesto cabezón. Yo aquí tengo que entrar sí o sí, como sea. Bol ha parado, me han esperado y en el último puerto sabíamos que teníamos una buena diferencia para llegar a meta», explicaba. «Cuando hemos empezado, ufff, a mí subir a ritmo me mata. Me gusta más ir a cambios de ritmo. Me he quedado de ellos, he vuelto, me he vuelto a quedar…y cuando entraba en una de ellas he arrancado pero no para marcharme, sin querer, ya vendrán a por mí otra vez», decía sin perder la sonrisa.

Cuando llegó al último kilómetro volvió a motivarse. «He visto la pancarta de la montaña y he dicho joe, si tengo que puntuar otra vez. He pasado primero y le he dicho a Bol que se pusiese a rueda, he arrancado y hasta que exploten las patas. He visto que se han quedado y he dicho, no puede ser». Pero era. «He tirado para arriba y hasta que he ganado. Nosotros los que ganamos poco no nos lo creemos. Hasta que pasen unos días y ponga el ProCycling Stats y vea, que soy el primero… todavía estoy en una nube, que no me lo creo», insistía.

Madrazo no sólo tuvo que superar a sus compañeros de escapada. También la embestida del coche de su equipo. «Me reía porque me he sentido como en San Fermín. La escapada ha sido así. Yo estaba esperando en la plaza con 10 minutos y cuando ha venido el coche digo, vaya cornada me ha metido. ¿Sabes lo que he pensado? Hoy Dios me ha venido a ver. No me he caído en las bajadas, el coche no me ha tirado…se me ha puesto a huevo. No podía fallar hoy. Ha sido anecdótico pero también se me ha pasado por la cabeza decirle a Santi, el director, “¡Eh! Tira al otro, no me tires a mí”. Es broma, ¿eh?», comentaba.

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Para Madrazo era un día de fiesta, una celebración extraña a la que no está acostumbrado. Pero una victoria a la que nunca renunció a pesar de que hace muchos años que pasó por Caisse d’Epargne y Movistar, la misma estructura con dos patrocinadores, el equipo más fuerte al que ha pertenecido. «Mira, he estado en Caisse d’Epargne, Movistar, Caja Rural, Delko y aquí. Somos un equipo pequeño y podrán ir las cosas mejor o peor pero es el año que más feliz estoy. La culpa de todo, mucho es del equipo porque yo funciono mucho por la cabeza. Hay veces que me duelen mucho las piernas pero me dicen frases desde el coche como que mi hijo está viéndome en la televisión. Eso para mí es como un gel de cafeína, que me motiva». Tiene dos hijos, el mayor, Lucas, tiene cuatro años. El pequeño, Joel, nació en julio. «El grande tiene 4 años y se va enterando. Le intento decir que quien algo quiere, algo le cuesta, que nada es fácil y no hay que rendirse. Tú puedes entrenar y cuidarte y que los resultados no salgan porque no es fácil. Llevo toda la vida peleando por esto, llegar a una grande y conseguir la victoria y hoy ha sido el triunfo. También se lo merecía José Herrada y Jetse Bol pero he sido yo y estoy que no me lo creo», asegura.

Pero Madrazo no está solo en el triunfo. «Gran parte de culpa la tiene mi mujer, porque es la que me da los palos. Ella es muy diferente a mí, a mí me gusta el deporte a ella no, a mí no me gusta leer, a ella sí. Yo soy más de videojuegos. Siempre estoy discutiendo con ella, no me compra la Play Station 4, que no hay manera. Ahora habrá que meter presión con el crío y yo. Ya somos dos contra una y a ver si la convencemos», explicaba. «¡Si me enrollo mucho, decidlo!», pedía sin dejar de hablar. «En los momentos malos los veo como…bueno, que pase lo que quieras y no busco el problema, busco la solución. Cuando viene un problema intento sacar una sonrisa y a por ello».

Ahora su pelea es seguir consiguiendo puntos para el maillot de la montaña. «Mañana será otra etapa, menudo inicio de etapa nos toca. A ver si hablo con Guillen y nos da una Vuelta por ahí porque me parece que me van a picar mucho las patas en el primer puerto. Esperemos que se haga la fuga y vayamos más despacio. Quiero dedicárselo al equipo, a los que están en casa también porque seguro que también se merecerían estar aquí. Esta victoria también es para ellos», dice.

La lucha por el maillot de la montaña la hace en solitario, pero el premio es de todos. «Somos un equipo pequeño y está mal decirlo pero lo que ha pasado hoy es la hostia. Lo siento por la palabra. No he visto todavía a Julio, tiene que estar loco, o rezando en alguna ermita. Veníamos con la idea y desde que he venido me dije que aquí a morir». Y eso ha hecho. «Desde la Vuelta a Burgos las tres últimas etapas estuve escapado, he venido aquí, la crono, luego las dos siguientes escapado. Ayer por primera vez había gente que me encontraba en el pelotón y dije: ¡pero si no sabía que corría éste! Lo que ha pasado hoy es algo grande y ahora tenemos el maillot de la montaña, que hay que seguir peleando».

Y seguirá peleando como hasta ahora. «Estamos en todas las fugas, somos un equipo pequeño pero que nos dejamos ver y siempre estamos dando la talla. Las grandes vueltas necesitan equipos como nosotros que tanto en etapas llanas como en las de montaña nos dejamos la piel por dejarnos ver en televisión. Es nuestro gran premio. Voy a luchar por este maillot hasta el final. Sé que es difícil llegar a Madrid con él, los escaladores van a puntuar mucho pero como van por detrás, como dice mi compañero Ezquerra tienen que venir a por nosotros».

Source: Deportes

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