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«Jugamos siempre con 11 en el campo. Es el mejor ambiente que he visto nunca en mi carrera, incluso cuando era futbolista», explicaba Claudio Ranieri después de la victoria del Leicester ante el Manchester City (1-3) en el Etihad Stadium, que lo mantiene como líder con cinco puntos de ventaja sobre el segundo, el Tottenham. Se refiere Ranieri a que nadie se guarda nada en su equipo. Es la única manera de explicar que un modesto equipo fabricado para mantenerse, se plantee seriamente ser campeón cuando quedan sólo 13 partidos para el final. «Lo he dicho desde que llegué. Hay un vestuario increíble y en el campo se ayudan unos a otros, luchan cada uno por el otro y eso es fantástico», añadía.
«Nosotros estuvimos muy concentrados, queríamos ganar, pero sin presión. Sólo disfrutamos el partido y tratamos de hacerlo lo mejor posible. El primer gol fue muy importante para nuestra confianza», aseguraba el técnico italiano. La presión era para el City, el equipo millonario que llegaba tres puntos por detrás y necesitaba la victoria para volver a mandar en la clasificación. Pero este Leicester se escapa a cualquier previsión. De nada le sirvió al City el gol de Agüero al final del encuentro. Para entonces, su rival ya había marcado tres. Encontró el primero y el último en dos cabezazos de Robert Huth, un veterano central alemán ya casi de vuelta después de su paso por el Chelsea, el Middlesbrough y el Stoke City. El primero de los goles lo marcó el Leicester a los tres minutos y todo resultó ya mucho más sencillo. Ni siquiera necesitó que marcara Jamie Vardy, el máximo goleador del campeonato, para terminar de poner la «Premier» patas arriba.
El segundo fue en un contraataque que resolvió Mahrez, con un disparo que no pudo atrapar Hart. El argelino es la demostración de que no todo en el fútbol se consigue con el poderío económico. Ni siquiera su éxito es producto del equitativo reparto de los derechos televisivos en Inglaterra. El Leicester pagó hace dos años medio millón de euros al Le Havre por su traspaso. Hoy es el jugador del año en la Premier, un futbolista que compensa con su juego un par de errores en penaltis decisivos. Mahrez, nacido en Francia, pero de padre argelino y madre marroquí, ha marcado 14 goles y ha dado 14 asistencias esta temporada.
Tampoco se ha gastado mucho dinero el Leicester en su otra estrella, Vardy. La carrera del delantero amenazaba hace años con perderse en el fútbol amateur, pero ahora que nadie marca más goles que él –18 lleva esta temporada–, el líder de la «Premier» ha conseguido retenerlo. La página web del club anunció tras el encuentro su renovación hasta 2019. «Estoy absolutamente encantado de ser parte de este equipo, de luchar para conseguir algo importante con este club. Nunca he visto un ambiente como éste, una relación tan buena entre los propietarios, el cuerpo técnico, los jugadores y la afición. Quiero ser parte de esto durante mucho tiempo», advierte el delantero. Parte del líder más sorprendente de las grandes ligas. La amenaza parece que va en serio.
Source: Deportes