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Zizou ha sido el número uno del mundo jugando al fútbol. Por eso no tiene la necesidad de ponerse por delante del equipo. Es más, le concede toda la importancia a sus jugadores. Y lo hace sabiendo la ilusión que su nombramiento ha generado entre el madridismo, un efecto que incluso ha disparado otra vez la venta de la que fuera la camiseta más solicitada hace más de una década, la que lleva el 5 y el nombre de «Zidane» a la espalda. Pero él no pierde la perspectiva. Prefiere dar un paso atrás. No necesita reivindicarse.
Recupera la autoestima
Parece que, en menos de una semana, el francés ha recuperado la autoestima de un equipo a la deriva. Lo contrario de lo que sucedía con Benítez, que tenía a todos desorientados con indicaciones incomprensibles y datos mareantes. Llegó reivindicándose, presumiendo de sus títulos, sacando pecho por los jugadores que había entrenado, despreciando a Cristiano en público. A diferencia de Zidane, Benítez empleó el lenguaje que no hablan los futbolistas. Aunque llegó con imagen de maestro, es Zizou al que se le ven ganas de aprender y más capacidad para enseñar.
Uno de los suyos
Zidane habla el lenguaje de los futbolistas. Y ellos le entienden. Se vio en los cambios ante el Dépor: cambió a Bale tras su «hat-trick» para que fuera ovacionado; quiere felices a Isco y James y por eso les dio minutos; Jesé (olvidado por Benítez) tuvo su oportunidad. El francés sabe lo que pasa por sus cabezas. Ha estado ahí antes.
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Cuida a Cristiano
De momento, Zidane sí se está manejando con autoridad, incluso con brillantez. También en la sala de prensa. La diferencia en el trato a Cristiano es escandalosa. Zizou dice que es intransferible. Que es historia del Madrid. Que nunca abandonará el club mientras él esté en el banquillo. En los momentos de mayor debilidad del luso, su entrenador no le trata como a uno más, sino que le refuerza ante todos.
Hacerles mejores a todos
El objetivo es hacer mejores a sus jugadores después de que Benítez lograra lo opuesto, empeorarles. De momento, ha quitado a su equipo de encima la presión que tanto le agarrotaba. Al Madrid se le vio disfrutar de nuevo y contagió esa alegría a un público que llevaba meses desencantado.
Que hablen los jugadores
La «manita» fue sólo un primer paso, eso sí. Se ha generado mucha ilusión, quizá demasiada. Todos esperan lo mejor del Madrid. Y Zizou ha cedido el protagonismo a su plantilla. Ahora son los jugadores los que deben responder con más fuerza que nunca.
Source: Deportes