Your ads will be inserted here by
Easy Plugin for AdSense.
Please go to the plugin admin page to
Paste your ad code OR
Suppress this ad slot.
Hay partidos incomprensibles y el clásico fue uno de ellos. El Barça logró una victoria fundamental para conservar sus opciones en el «Top 16», pero el camino que recorrió no pudo ser más enrevesado. El Real Madrid pagó su primer cuarto más raquítico de la «era Laso». Anotó cuatro puntos, sí, cuatro, en los primeros diez minutos. La hoja de servicios presentaba un sonrojante 2/18 en el primer parón. El atasco se repitió en los instantes decisivos del último cuarto y ahí ya no hubo vuelta atrás. Pese a las dos crisis bíblicas, estuvo muy cerca de dejar al Barcelona al borde de la eliminación. No lo hizo y la situación del grupo con tres jornadas por delante es para escribir una tesis. El CSKA tiene casi garantizada la primera plaza y hay cinco equipos que pelean por los otros tres puestos. Entre ellos, los tres españoles y con varios cruces directos. La próxima jornada, el Barça visita Vitoria y el Madrid, Atenas. En la penúltima, es el Madrid el que viaja al Buesa Arena y el Barça recibe al Brose. Real Madrid-Khimki, Zalgiris-Barça y Brose-Laboral Kutxa para la jornada final.
El Barça respondió a las urgencias. El premio por una defensa asfixiante y un acierto sobrenatural –tres errores en el tiro en todo el primer cuarto– fue un colchón de 25 puntos (31-6) y la mayor fiesta de la temporada en el Palau. El Madrid supo mantener la cabeza fría y obviar doce minutos en los que pareció un pelele. La técnica al banquillo de Xavi Pascual cuando su equipo mandaba por 17 era la prueba de que en el Barça había algo que no terminaba de funcionar y, como el Madrid siguió a lo suyo, las diferencias empezaron a rebajarse. No fue una tormenta como las que suelen protagonizar los francotiradores de Laso. Fue algo más persistente, más constante, una gotera que terminó por provocar una inundación en el Palau. Con Reyes y Ayón mandando en las zonas y Perperoglu abandonado a su suerte, el Madrid siguió creyendo. Del 25-4 del primer cuarto se pasó a un parcial más salvaje en dirección contraria: ¡3-26 entre el minuto 26 y el 32! La dirección del Barça en la pista y en el banquillo desapareció.
Y cuando el Madrid afrontaba el tramo decisivo en condiciones de dar la puntilla, apareció Satoransky. Un triple y un mate en un contraataque revitalizaron a los suyos y mandaron al rival a una sima tan profunda como la que habitó en el primer cuarto. Los de Laso fallaron cuatro triples en solitario cuando la discusión había cogido el tono definitivo. Ni los tiros libres regalados por Dorsey y Samuels permitieron al Madrid rehacerse. El agujero en los rebotes ofensivos fue el punto y final de un partido desconcertante. El Barça sigue vivo y el Madrid, como tantas veces ya esta temporada, vuelve a estar exigido al máximo.
Source: Deportes