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El objetivo del Real Madrid es la «Champions». Y es en esa competición donde se refleja uno de los males del conjunto blanco esta temporada, quizá el que le ha condenado a vagar por la Liga: Bale, Ronaldo y Benzema sólo han compartido campo en los dos partidos contra el Shakhtar Donetsk. Cristiano ha tenido que jugar los otros seis encuentros de la competición sin el francés o sin el galés. Cuando Ronaldo se quejó de que el equipo no estaba al mejor nivel porque faltaban sus jugadores principales, se refería, principalmente a que la ausencia de sus compañeros de ataque había mermado a un equipo concebido para atacar y después equilibrarse. Y lo segundo no importa tanto si se consigue atacar bien. El partido contra el Sevilla, que tanto ha cambiado el ánimo de los blancos, resume perfectamente lo que es el Madrid: un conjunto con evidentes desequilibrios que Casemiro intenta corregir, pero a la vez un grupo voraz y vertiginoso. «Lo que les hace marcar diferencias es su calidad, el peligro y vivir del gol. Al fin y al cabo cuando tienes jugadores tan rápidos, tan verticales y con tanto nivel ofensivo hace que su calidad aumente y marquen diferencias», explica Ramos.
No hay mejor sitio para mostrar su nivel, para dar un golpe de mano y dejar claro que se puede aspirar a todo, que ganando o dando la cara en el estadio rival, frente al otro trío de ataque con el que se vive una continua comparación. Y más después de lo que pasó en la primera vuelta. Estaban los tres de ataque del Madrid, pero no Messi en el otro lado y no hubo color. Era un momento de desorganización. «No, no he hablado con ellos», explicaba ayer Zidane. «Saben lo que pasó, pero pensamos sólo en lo que va a venir ahora. Todos los partidos son distintos y eso de revancha… Es un partido que tenemos que ganar, que queremos ganar». Casemiro y la buena forma de los tres de arriba hacen que el Madrid mire de otra forma el clásico.
Si Bale hubiese podido disputar más minutos esta temporada (es después de Casemiro, el titular del Madrid con menos minutos jugados), seguramente estaría con los otros cinco en la parte arriba de la clasificación del Pichichi. Aunque el galés es más reservado, su relación con Ronaldo y Karim es buena. Bale va a lo suyo. Karim y Cristiano se admiran y se respetan fuera del campo y son los mejores amigos dentro. Sobre todo porque Karim entendió que su función era jugar para aprovechar la facilidad goleadora de Cristiano. La diferencia con otros años es que al francés le ha entrado hambre de gol y está mostrando sus mejores números. Los tres delanteros del Madrid han marcado más del 70 por ciento de los goles del equipo esta temporada. Pero llevan tres clásicos perdidos. «Es el día para cambiar eso», explicaba ayer Zidane, con la sonrisa en la boca, quién sabe si imprudentemente feliz o es que los tres de arriba le dan motivos.
Source: Deportes