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Mañana es el día. Después de una temporada irregular, en la montaña rusa y sin que se pueda saber qué es el Real Madrid, el partido de mañana contra el Wolfsburgo va a dar la medida del equipo de Zidane. El choque del Camp Nou fue un golpe de mano, pero el partido en Alemania desvaneció la ilusión madridista. Mañana es casi como la línea de meta, porque no se permiten errores y, en cambio, se esperan heroicidades. El Madrid se siente superior, pero el partido de ida fue una demostración de lo contrario. El equipo de Volkswagen tenía muy estudiado el choque y los españoles fueron incapaces de detener a Draxler. Mañana es otra historia, completamente distinta.
Source: Deportes