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Cesc Fábregas era el delantero preferido de Vicente del Bosque en la pasada Eurocopa. Su presencia de inicio en el estreno sorprendió porque en el banquillo quedaban tres delanteros de verdad. Fernando Torres fue el máximo goleador por sus dos tantos ante Irlanda, el que anotó en la final contra Italia y la asistencia a Juan Mata, pero la opción preferida para el seleccionador era jugar con un delantero de mentira. Para Negredo quedó la semifinal ante Portugal y Llorente se marchó sin abandonar el banquillo.
Fábregas le daba al equipo todo lo que necesitaba. Era un centrocampista más que ayudaba a dominar la posesión de la pelota, una obligación para el equipo español, y permitía la llegada al remate de los centrocampistas desde atrás. Así ha sido siempre durante el ciclo glorioso de la Roja. Con un «9» de verdad o sin él, los goles los marcaban los que llegaban desde fuera. Incluso Villa, que partía desde la banda izquierda en los éxitos de 2008 y 2010.
Pero Cesc ha cambiado de oficio en los últimos años. Desde que fichó por el Chelsea se ha ido alejando del área para ser sólo un centrocampista puro. Ha aumentado su cifra de asistencias y ha rebajado la de goles. De los nueve que marcó hace dos años con el Barcelona, a los seis de este curso. La temporada pasada, la primera en el Chelsea, repartió 21 asistencias, más que nunca. Esta temporada ha rebajado sus estadísticas arrastrado por el bajo rendimiento de su equipo, que llegó a estar cerca del descenso con Mourinho en el banquillo.
Con la Selección, a pesar de jugar como delantero en varias ocasiones, sólo ha marcado 15 goles en 106 partidos. Pero ha aparecido en los momentos decisivos. Como pasador en la final del Mundial 2010 o asumiendo la responsabilidad de lanzar el último penalti en las tandas contra Italia en los cuartos de final de 2008 y Portugal en la Eurocopa de 2012. Sin embargo, nunca ha sido capaz de marcar en tiempo de partido desde los once metros.
«En la vida se va evolucionando. Fábregas en algún momento era casi un delantero más, ahora se ha hecho un centrocampista como hemos visto en el Chelsea», explicaba Vicente del Bosque hace unos días a LA RAZÓN. Para el seleccionador, el «10» de España ya no es una alternativa a los delanteros. Si se ve forzado a utilizar alguna opción que no sean Morata o a Aduriz su preferencia es utilizar alguno de los jugadores de banda, como Nolito o Silva.
«Me encuentro mejor en el medio campo y, de hecho, el falso nueve en este equipo siempre ha sido un mediapunta, casi un mediocampista más», explicaba Fábregas en la reciente concentración de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. «Hace ya tres años jugamos sin esa posición, pero podría ser otra opción de las muchas que tenemos. Eso sí, creo que si todo va bien durante el campeonato no tiene por qué pasar», añadía.
Vicente del Bosque ha ensayado desde que comenzó la concentración con el centrocampista del Chelsea como uno de los interiores que juegan por delante de Busquets en el centro del campo. A un lado, Iniesta. Al otro, Fábregas. Y ahí, en el medio, seguirá siendo uno de los jugadores importantes para España. El seleccionador confía en él.
Source: Deportes