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José Luis Sánchez
Estimado Quim, voy a traducirte la mítica película de Tom Cruise, «Jerry Maguire». Una escena, Cuba Gooding Jr. al teléfono, en la otra línea, Jerry desesperado por cerrar contratos. Cuatro palabras: «Show me the money (enséñame la pasta)». Así de sencillo. Neymar Junior quiere sentirse reconocido, y eso se consigue con un contrato astronómico. Pero tiene dudas, nuchas dudas. El Barcelona le quiere renovar, pero parece que su delicada situación económica juega en su contra y el futbolista brasileño lo sabe. Ahí, entra su padre, su estrategia y el Real Madrid. Aunque os duela, Neymar no es de la Masía, ni tiene Seny, ni canta el «Visca el Barça y visca Cataluña», Neymar es jugador de fútbol y el sentimiento de pertenencia le suena a otra cosa, concretamente a Brasil. Si no hay dinero, no hay renovación. Sin renovación, no hay Neymar. Y sin Neymar no hay futuro. Y encima, si en ese porvenir aparece el Bernabéu hay que pedir un cargamento de dodotis. Sois capaces de ampliar ese famoso tres por ciento de Jordi Pujol para poder pagar a Neymar lo que pide.
– El banquillo judicial
Entiéndelo Domènech, es «shimple» que diría el añorado Mourinho. Además, ya que viene tanto a Madrid por temas judiciales, le pilla más a mano la Ciudad Deportiva que Sant Joan Despí. Está harto de verse encausado, señalado, imputado… Son términos ajenos a su maravilloso fútbol. Más que ingeniería financiera para ficharle, fue trapicheo financiero. Verse en la sección de Nacional de LA RAZÓN cada cierto tiempo le resta confianza en el club. No le han protegido, no le han separado de las artimañas, según la Fiscalía, de Rosell y Bartomeu. ¿No crees que sería más feliz en la Castellana centrándose sólo en el fútbol? Es normal ese nerviosismo, si Figo lo hizo siendo capitán culé, porqué no lo haría Neymar si apenas saborea el «pan amb tomàquet».
– Balón de Oro
La negociación es sencilla, Neymar Senior sólo tiene un argumento y, o lo aceptan, o se va: su hijo tiene que ser el número uno. Pero está Messi, y si Neymar recibe un incremento superlativo, Messi se enfadará y pedirá el doble de inmediato. El jugador brasileño va a pasar por la derecha al argentino en cuestión de tiempo, y su progresión puede verse afectada. Si estuviera en otro club, podría mirarle a los ojos y disputarle el Balón de Oro, pero no vestido de azulgrana. Neymar tiene entre la espada y la pared al Barça. Va a apretar, a exprimir su condición de «crack»… y si no se lo dan, el puente aéreo abre 24 horas, cuidado.
Source: Fútbol