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El año 1992 fue el de los Juegos Olímpicos de Barcelona en verano, la explosión definitiva del deporte español, pero unos meses antes se disputaron los de invierno, en Altberville, en los que Blanca Fernández Ochoa hizo historia. Con su bronce en eslalom, logrado el 20 de febrero, se convirtió en la primera mujer española en ganar una medalla olímpica.
El premio le llegó cuatro años después de lo que todos esperaban, ya que en 1988 una caída le privó del éxito en Calgary. Había ganado la primera manga de forma brillante y cuando todo apuntaba a su triunfo, arriesgó de más y se fue al suelo. Antes de esa competición había anunciado que se retiraba, pero no quería hacerlo con ese mal sabor de boca. Volvió a la pelea, ya que sabía lo que era eso porque en su carrera tuvo que superar muchísimas lesiones. Hasta diez operaciones tiene, entre tobillos, rodillas, nariz, costillas… Finalmente pudo cumplir el sueño que había empezado cuando aprendió a esquiar en Navacerrada. Pero cuando se le pregunta ahora no todo son buenos recuerdos del deporte que la hizo famosa. La medalla fue una liberación, le permitió ser, además de la hermana de Paco, medallista en de oro en Sapporo en 1972, un referente del deporte nacional; pero llegar a ello acarreó demasiados sufrimientos. De pequeña no quería y en alguna entrevista recuerda cómo lloraba porque se perdía “Pipi Calzaslargas” para tener que ir a esquiar, o porque pasaba mucho frío. Pero como era la hermana de Paco, se buscaba que la saga continuase y de Madrid pasó a un centro en los Pirineos donde estuvo mucho tiempo lejos de su familia, y ella sólo tenía once años. Allí aprendió a esquiar de verdad después de unos comienzos en los que suele recordar lo mucho que lloró. Por eso no quería que sus hijos se dedicaran al esquí, quería que eligieran y Olivia, la hija que denunció su desaparición, y David juegan al rugby. Ambos fueron fruto de un traumático segundo matrimonio.
Después de la medalla de bronce y de la retirada, Blanca Fernández Ochoa tuvo que reinventarse e hizo de todo, desde montar una tienda de esquí que la crisis se llevó por delante hasta aparecer en programas de televisión como “La selva de los famosos”, “Splash, famosos al agua”, “El conquistador del Aconcagua” y “El conquistador del fin del mundo”. Últimamente se dedicaba a ser entrenadora de electroestimulación y también daba charlas a directivos de empresas para mejorar el rendimiento laboral. En 2018 volvió a tener cierto protagonismo mediático porque Regino Hernández ganó el bronce en snowboard en los Juegos de Pyeongyang. Era la primera medalla del deporte español en la olimpiada invernal desde la de Blanca y la única no conseguida por los Fernández Ochoa. Atendió encantada a todos los medios que la llamaban, desprendiendo simpatía y encantada de que ella y su hermano ya no estuvieran solos. Ahora, a Blanca se la busca desesperadamente.
Source: Deportes