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«Mi hijo está ahí en la grada, con la camiseta de España puesta», decía Gerard Piqué tras el encuentro. Acababa de ser el héroe del debut, el jugador que había derribado de un cabezazo la muralla de la República Checa. España había disparado 17 veces a portería, cuatro de ellas entre los tres palos. Y a la quinta llegó la noticia que estaba esperando la Roja, el premio al esfuerzo y al mejor juego que consiguió encerrar a su rival en el área. Pronto los checos no encontraron siquiera la manera de montar un contraataque. Cuando conseguían arrebatar la pelota a España se la quitaban de en medio despejando lo más lejos posible. Y así aguantaron casi la hora y media de juego. Hasta que Iniesta, el mejor del partido, puso una pelota en la cabeza del central y se acabaron los apuros.
Felicitación de Ramos
Sergio Ramos esperaba por detrás para rematar, pero Gerard se adelantó. Y Sergio fue el primero en ir a felicitarlo. Se le subió a la espalda. Un hecho que demuestra que las declaraciones del central del Real Madrid en la previa eran algo más que palabras. «Nos une un país», decía antes del encuentro. Y allí estaba, subido a caballo de Piqué. Y allí estaba Milan con la camiseta de España correteando por el césped junto a su padre. «Creo que hemos controlado bien, pero la pelota no quería entrar», explicaba tras el partido.
«Me alegro por la victoria del equipo y Gerard es un jugador más de la Selección», dice el seleccionador, Vicente del Bosque, que no quiere personalizar. Pero es consciente el técnico de que las subidas de los centrales y los remates de cabeza son un arma que puede ser útil para España cuando los rivales se encierran, algo que sucede muy a menudo.
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Control
«Hemos tenido más ocasiones de las que hemos materializado. Hemos tenido el control del juego, hemos dominado el partido en todo momento y eso es lo más importante», asegura el seleccionador. Lo normal, aunque a veces no sucede, es que el gol terminara llegando, como sucedió en los últimos minutos. Piqué ha ejercido de líder durante los últimos días protegiendo a De Gea y también ayer en el campo. Dirige a España desde el fondo, al lado de Sergio Ramos, con el que en el pasado, en los momentos más agrios de enfrentamiento entre Real Madrid y Barcelona con Mourinho y Guardiola en el banquillo, vivió momentos de alejamiento que el seleccionador se encargó de corregir antes de la Eurocopa de 2012. Su gol sirvió para liberar los nervios y la tensión del equipo, que ha sido mucha en los últimos días. Una victoria allana el camino de la Selección hacia los octavos. Significa casi la clasificación, ahora que se clasifican los cuatro mejores terceros para la segunda fase. Y supone poder afrontar los otros dos encuentros de la primera fase de la mejor manera posible. Sin urgencias, como era la costumbre desde que Del Bosque se hizo cargo del equipo en 2008. Siempre había perdido el primer partido de cada campeonato. Un error que consiguió corregir España en 2010 y 2012 hasta proclamarse campeona. Un error que la condenó al fracaso en 2014.
«Ya no pitan»
«Siempre es importante meter un gol que da la victoria, pero el trabajo es de todo el equipo: bien atrás y con ocasiones arriba», explicaba el central español. «Si atacas ordenado, abres el campo y a pesar de que ellos se cierren, creas espacios y las ocasiones van llegando», añade. «Antes del gol ha habido una de Thiago, dos o tres de Morata. Creo que el equipo ha luchado y se ha merecido la victoria», asegura Piqué.
El gol puede hacer olvidar la polémica que persigue siempre a Piqué. «Ahora ya no pitan», decía un aficionado catalán después del tanto y de que el fondo de aficionados españoles gritara «Piqué, Piqué».
Source: Deportes