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Cuando el Atlético perdió la final de Lisboa, Jan Oblak era jugador del Benfica y acababa de perder la final de la Liga Europa contra el Sevilla. «Vi el partido en la tele», dice. «Pero el día 28 es otra final, otro partido, otra oportunidad. Estamos felices de poder competir e intentar ganar esta Champions», asegura.
Para hacerlo, será importante que mantenga su buen rendimiento de la Liga de Campeones. Ha encajado siete goles en 12 partidos, una media de 0,58 por partido. Y en ocho partidos ha conseguido dejar la portería a cero. En dos tercios de los partidos su portería no se mancha. «Es importante no encajar goles, pero en la final es más difícil mantenerse a cero», asegura. Esta temporada ya lo ha conseguido con el Barcelona y con el Bayern en el Calderón.
A Oblak le costó entrar en el equipo la temporada pasada. Llegó como el sustituto de Courtois y con el título de portero más caro de la Liga española. Pero eso no basta para convencer a Simeone. Fue la Liga de Campeones la que le dio la primera oportunidad. Debutó contra el Olympiakos en el primer partido y el resultado fue una derrota por 3-2 y un agujero en la confianza del portero. Oblak desapareció hasta la eliminatoria contra el Leverkusen en los cuartos de final. «Moyà jugaba bien y yo me lesioné en la pretemporada. Cuando las cosas están bien no se cambia. Lo entendía y esperaba una oportunidad para jugar. Estaba tranquilo y sabía que tenía que trabajar», confiesa.
El trabajo le llevó la temporada pasada a ser el guardameta titular al final del curso. Este año sólo ha dejado que Moyà jugara la Copa. Simeone quiso que disputara incluso el último partido del campeonato, contra el Celta, a pesar de que ponía en peligro el récord de ser el Zamora menos goleado de la historia. Ya había igualado los 18 goles que encajó Paco Liaño con el Dépor en la temporada 1993/94. Oblak consiguió mantener la marca.
Esta temporada ha encajado entre Liga y Liga de Campeones 25 goles en 50 partidos. Un gol cada dos encuentros. El partido 51, la final de la Champions, servirá para desequilibrar esa balanza casi perfecta que mantiene el portero esloveno.
Contra el Real Madrid, Oblak ha encajado dos goles en cuatro partidos. La temporada pasada jugó la eliminatoria de la Liga de Campeones. 0-0 fue el resultado en el Calderón y 1-0 en el Bernabéu. Este curso ha jugado los dos partidos de Liga: 1-1 en el estadio rojiblanco y 0-1 en el Bernabéu. La final también servirá para desequilibrar esa estadística.
Oblak destaca la importancia de sus compañeros de defensa para conseguir esos números. «Godín, Giménez, Savic… todos son grandes defensas. Me protegen mucho. Con ellos es más fácil», asegura. Sus compañeros le devuelven los elogios. «Los dos son grandísimos porteros. Cuando hablas de porteros de tanto nivel ya son gustos. Tienen su estilo, su forma y he tenido la suerte de compartir vestuario con los dos», dice Godín cuando le preguntan por las diferencias entre Courtois y Oblak. El defensa y el portero mantienen una buena relación. Aunque no suelen verse fuera del club, dedican mucho tiempo en el vestuario a hablar sobre lo que sucede en el campo y cómo deben actuar. «Eso es parte del buen momento del Atlético», confiesa Godín.
Source: Deportes