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«¡¡¡Vamos!!!», gritó con furia Roberto Bautista mientras enseñaba su puño después de derrotar a Feliciano López (3-6, 5-7 y 7-5) para llegar a los octavos de final del Mutua Madrid Open. Los dos españoles demostraron todo lo que un buen partido de tenis puede dar de sí: grandes golpes, intercambios, juego más directo, variedad, tensión, desesperación… Más de dos horas de pelea en la pista Manolo Santana que se llevó el castellonense ante todo un clásico del torneo, pues es el único que nunca ha fallado, que ha disputado todas las ediciones en el curso en el que el Masters 1.000 de la capital española cumple 15 años.
Claro que Bautista lleva dos temporadas asentado entre los mejores del mundo, entre los 20 primeros (ahora es el 17; ha llegado a estar el 14) y en 2016 ya ha conquistado dos títulos. Su camino en Madrid puede tener ahora el mayor obstáculo posible: Djokovic. El serbio jugará su primer encuentro contra Coric, y si vence después se las verá con el español.
Nadie como Feliciano representa en el circuito lo que es el tenis de la vieja escuela. En un deporte que cada vez tiende más a la fuerza y al automatismo, al juego al límite, al riesgo, quedan muñecas y apuestas como las del toledano. La red es su hábitat natural y la visitó como siempre. Enfrente se encontró otro tenista valiente que también subía cuando se le presentaba la posibilidad y que ofreció solidez desde el fondo y precisión para hacer algunos «passings». El primer set se decidió con un «break» rápido de Bautista y en el segundo llegó la igualdad. Nadie cedía con su saque mientras se veían golpes cortados, dejadas al límite, voleas, saques a 214 kilómetros por hora… El «tie break» parecía el destino de este parcial, pero en el último momento Feliciano López logró la ruptura con un punto en el que mostró su variedad: revés cortado, derecha liftada y bola alta para ganar el espacio perdido. El punto cayó de su parte. Era el 7-5. Antes, con 5-4, ya tuvo una pelota de set que desaprovechó con un resto fuera.
De la emoción el duelo pasó a la tensión, sin que las muñecas temblaran. En la grada se animaba a los dos jugadores, y también al equipo de moda en fútbol, al Atlético. «Noooo», gritaba Bautista en un fallo. «Ahora, ahora», se decía Feliciano, que empezaba a tener las clásicas conversaciones consigo mismo. Fue el toledano quien tuvo la primera posibilidad de «break» con 4-3. La perdió. Después, con 4-4 tuvo que salvar dos, pero cuando se vio 15-40 con 5-5 fue demasiado, y más cuando su oponente encontró la línea con un golpazo. No escapó de ahí Feli, Bautista no falló con su saque y merecidamente se ganó el derecho a seguir en el torneo. «Son partidos de mucha tensión y pueden caer de cualquier lado. Lo hizo del suyo», lamentó después Feliciano, doblemente dolido por perder y por hacerlo en uno de los torneos que más le gusta. «Esto es un Masters 1.000, los torneos más difíciles de ganar y soy consciente de ello», argumentó. Bautista ya piensa en Djokovic… «Pero no me quiero adelantar, antes él tiene que ganar a Coric», afirmó el castellonense, encantado con su actuación: «Ganar a Feliciano aquí es un gran triunfo».
Source: Deportes