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Delante de la cama de Imanol Garmendia están todas las medallas que ha logrado desde pequeño. «Las tengo mezcladas, desde las primeras en campeonatos de Guipúzcoa hasta la del campeonato del mundo. Todas son importantes en su momento», cuenta este remero de Orio. La del campeonato del mundo la logró hace dos años en categoría sub 23. La soñada, claro, es una olímpica. ¿Tal vez en Río? «El salto de categoría es complicado, pero estamos para defendernos y muy bien. La edad óptima aproximadamente para un remero son los 28 o 30 años, por lo que teóricamente deberíamos seguir en progresión para el próximo ciclo, ¡pero nunca renunciando a éste!», explica Imanol. El 3 de mayo cumple 24 años y poco después puede ser un gran día. «Para bien o para mal, nos la jugamos el 24 de mayo en la repesca olímpica de Lucerna (en la prueba de cuatro sin timonel ligero). Si estamos entre los dos mejores, el billete es nuestro», continúa.
Remar convierte a los compañeros en una familia. Imanol Garmendia empezó en la pelota vasca, pero a los 12 años cambió de deporte. «Mi grupo de amigos también rema, y pasan de ser simples compañeros a amigos de confianza», asegura. La sincronización debe ser perfecta. «Es un deporte en el que se compite en equipo, pero es muy individual. Cualquier fallo que cometa algún integrante de la tripulación se nota», desvela Garmendia. Cuando todo funciona, la embarcación fluye «y las sensaciones enganchan». «Se disfruta mucho», prosigue, pese a ser un deporte extremadamente exigente. En individual o en grupos de dos, cuatro u ocho se rema de espaldas a la dirección de la carrera y apenas da tiempo a echar un vistazo a lo que sucede alrededor porque se puede perder la concentración. «La competición es sobre 2.000 metros y dura unos seis minutos, en los que normalmente la estrategia es ponerse a la cabeza, ¡hasta que el de al lado cae o caes tú! La clave para mí es ir a darse contra un muro sin pensar», analiza Imanol, que pasa muchas temporadas en Sevilla entrenando prácticamente todo el día: remo por la mañana y físico o pesas por la tarde.
Imanol forma parte del Programa Podium en remo, junto a Ander Zabala, que acaba de incorporarse después de que Jaime de Haz haya pasado a las becas ADO. «Es una iniciativa superpositiva porque nos da estabilidad y nos permite centrarnos en el objetivo», reconoce quien se considera «un chico normal, con sus pros y sus contras», y «muy tranquilo»: «Me encanta no tener nada que perturbe mi día a día, sin sobresaltos para bien o para mal».
Source: Deportes