Vitamina Z

«No hay nada especial», contesta Zidane cuando un periodista francés le pregunta por el mensaje que ha transmitido a los futbolistas para que estén más alegres que hace un mes. «Sólo les he transmitido mi perspectiva y lo que espero de ellos. Son grandes profesionales y ya lo estaban haciendo muy bien antes», añade el técnico sin querer entrar en comparaciones con el pasado. Confiesa Zizou que no tiene ninguna fórmula mágica más allá, entre otras cosas, de tener «una buena relación con los jugadores» y viceversa: «Es lo más importante para un entrenador», concluye.

Se llame como se llame, el «efecto Zizou» se nota en cada rincón del vestuario, aunque a algunos jugadores la vitamina Z les ha revitalizado especialmente. Isco y James estaban en crisis hace poco más de 30 días. No sólo desde fuera se dudaba de su calidad, sino que ellos mismos empezaban a cuestionarse si su forma de jugar tenía un hueco en este Real Madrid. Ninguno de los dos era titular indiscutible en el equipo el día del adiós de Benítez, enredados en sus propios laberintos. Isco fue perdiendo protagonismo hasta casi desaparecer en los últimos encuentros, mientras que James, enfrentado con el anterior cuerpo técnico, se había movido entre las lesiones y las sospechas sobre su estado físico. Ambos son el ejemplo perfecto de la rehabilitación que se ha producido en el vestuario desde que entró por la puerta el francés, empeñado en que los dos mediapuntas tengan muy claro lo importantes que son para el equipo.

Como muestra del cambio, nada mejor que el análisis de los kilómetros recorridos por los jugadores blancos en el último triunfo ante el Espanyol. Isco encabeza la lista con 11,2 kilómetros, mientras que el segundo es James, que firmó 10,76. Los dos jugadores, con más técnica que trabajo en su ADN, demostraron su compromiso sudando más que cualquiera de sus compañeros, aunque también disfrutando de la mayor posesión de pelota y de un equipo que se siente cómodo llevando la iniciativa. Son otros dos (como Modric y Kroos) de los grandes favorecidos por las nuevas ideas en la pizarra del Madrid, donde el contragolpe ha perdido espacio en favor del control de los partidos desde el balón.

«Ya sabéis lo que me gustaba como jugador y es lo mismo ahora. La idea es jugar y tener la posesión de balón. Y cuando se pierde la pelota, la mejor manera para tenerla otra vez es presionar y no dejar que la tenga el rival. Así que, sí, confirmo la impresión que hay desde fuera. Es como queremos jugar», decía ayer el francés con una sonrisa. Quiere que su Madrid apriete más arriba, espere menos y sea el que marque los tiempos. Es su idea futbolística, a la que sus chicos responden con kilómetros y goles.

Zidane los mima a todos en el vestuario y también en cada rueda de prensa. Tiene muy claro que es parte del trabajo que hay que hacer para que todo funcione. Ayer lo volvió a demostrar con Cristiano, con el que no economiza el más mínimo adjetivo. «Siento admiración hacia él por todo lo que está haciendo y porque nunca está contento. Siempre quiere más. Lo admiro y espero que continúe así, porque es un jugador muy importante para nosotros». Ronaldo cumplió el viernes 31 años y Zidane se retiró a los 34, pero cree que la carrera del portugués será más larga: «Tiene 31 años y físicamente es una bestia. No es que yo no me cuidara, pero creo que puede jugar más que yo. Puede seguir muchos años y ojalá sea aquí, en el Real Madrid». Benzema fue el otro nombre propio al que Zidane reforzó en la previa del partido ante el Granada, a la espera de que lleguen curvas más peligrosas y continuas con la vuelta de la Liga de Campeones. Su idea es bajar el ritmo físico para garantizar la frescura de aquí en adelante, una chispa de la que ya presumen James e Isco, que han pasado de las dudas a correr más que nadie. Hoy serán titulares, porque Bale va a esperar al sábado que viene para reaparecer.

Source: Deportes