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En la selección no hay clanes. Otra cosa es que entre algunos jugadores haya algo más que una gran amistad. Es el caso de Ricky Rubio, Sergi Llull y Víctor Claver. El alero fue el primero en llegar al equipo nacional. Lo hizo como invitado en la concentración del Eurobasket 2007, la de la plata en la final de Madrid ante Rusia. Ricky debutó un año más tarde, con 17 años en los Juegos de Pekín. Y Llull aterrizó en el Eurobasket 2009 coincidiendo con el primer oro continental de la selección. Los tres tenían cuentas pendientes con el Mundial, ya que cayeron en cuartos en Turquía 2010 y España 2014. En China se han resarcido a lo grande. Ha sido la primera medalla del siglo en la que no había componentes de los Juniors de Oro. Es la medalla de una nueva generación.
«Parece mentira que estemos aquí. Antes llegábamos como pipiolos con los Navarro, Felipe, Calderón, Pau… y mira ahora», aseguraba Llull durante la preparación a Endesa Basket Lover. «Y ahora somos los veteranos», apunta Ricky. Y Claver le corrige: «Casi, casi, que están Marc y Rudy». «Es verdad, ahora es que casi somos los jefes aquí con Marc y con Rudy», afirma Ricky.
La veteranía supone no tener que despertarse los primeros para los exámenes médicos, no tener que pagar la cena de graduación o no tener que vivir alguna novatada, que son habituales sobre todo en los Juegos. También hay responsabilidades como transmitir el buen ambiente que siempre ha habido y saber llevar la vida durante la concentración fuera de la cancha. «Es que la buena gente se junta. Desde el principio nos llevamos genial. Jugamos en equipos diferentes durante el año, pero todos tenemos ganas de juntarnos en verano porque nos llevamos genial. No se hace pesado venir a entrenar, es un privilegio porque disfrutamos jugando a baloncesto. La clave de los éxitos es la unión que tenemos entre todos. El buen rollo nunca se pierde», dice Llull. Claver insiste en esa dirección: «Yo echo de menos durante el año a la selección. Para mi es la mejor época del año. Estamos gente con la que nos llevamos muy bien y somos todo muy iguales». Continúa Ricky: «Tengo envidia de vosotros desde Estados Unidos porque os veis durante el año. Luego nos juntamos un par de meses y parece que no ha pasado el tiempo. Cuando nos juntamos pienso que esto mola».
Claver tenía muy claro que «este tiene que ser el año» para acabar con la maldición de cuartos en el Mundial. Ricky fue más allá y era el único que se atrevió a hablar directamente del oro: «Nos falta medalla mundial. Se nos dan bien los Europeos y los Juegos, pero nos falta una medalla en un Mundial. Vamos a por el oro». La nueva generación ya tiene su medalla de la Copa del Mundo.
Source: Deportes