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Egan Bernal ha ganado el Tour con 22 años. Los mismos que tenía Laurent Fignon cuando ganó por primera vez la carrera francesa en 1983. Los mismos que Ulrich cuando respetó las jerarquías para no atacar a Riis y ser segundo en el Tour de 1996. Son prodigios de precocidad superados por Tadej Pogacar.
El esloveno cumple 21 años la semana siguiente al final de la Vuelta, pero su juventud no le impide pelear con los mejores en la general y saltarse todos los controles preventivos del equipo para no exponerlo demasiado a una edad tan temprana. La idea del Emirates que dirige Joxean Fernández “Matxin” era que este año no corriera ninguna grande. El plan era que debutara en la Vuelta en 2020 y en el Tour un año después, pero su rendimiento esta temporada ha acelerado el proceso.
Sus victorias en la Vuelta al Algarve y en el Tour de California convencieron a Matxin de que no hacía falta ir tan despacio. El equipo Emirates lo incluyó en el equipo para la Vuelta y por el momento ya ha ganado dos etapas, está en el podio y luce el maillot de mejor corredor joven.
Es el premio adelantado para un chaval que comenzó a montar en bicicleta con ocho años. “Empecé a correr por seguir a mi hermano, porque siempre quería hacer lo que él. Empecé en 2008, me encanta montar en bici, disfruto mucho de este deporte”, asegura. El joven ciclista esloveno se refugia en su familia y en su novia para descansar del ciclismo. Y pronto cambiará de residencia, pero por el momento continúa viviendo en Eslovenia.
No le quedan muros como el de Los Machucos por delante, el terreno en el que se siente más cómodo, pero Pogacar y su director, Matxin, esperan que pueda mantener el nivel hasta el final. “Es mi primera gran Vuelta y no sé cómo reaccionaré en la tercera semana. Las dos primeras han sido perfectas y espero seguir en esa línea”, dice. “Mi objetivo es llegar a Madrid lo más cerca de Primoz y espero no tener un mal día”, añade.
En el equipo no le presionan. «Hay que ser prudentes y conscientes de que ha conseguido victorias en dos de las etapas más importantes de la Vuelta. Para nosotros es más que satisfactorio. Lo que venga de aquí en adelante tiene que disfrutar», asegura Matxin. «Lo dije desde el principio, que él no venía para trabajar sino para disfrutar. De momento ha conseguido las dos victorias mas importantes. Lo que venga de aquí en adelante es intrascendente», añade.
El líder del Emirates era el italiano Fabio Aru, ganador de la Vuelta en 2015, pero ya está en casa. Pogacar ha ocupado su lugar y el equipo le sigue hasta donde alcance. «No quiero presionarle ni exigirle más que lo que ha conseguido. Dos victorias es más de lo que pudiéramos haber imaginado. A partir de ahora, todo es disfrutar», advierte Matxin. Pero Pogacar es valiente y ambicioso. Quizá sea eso lo que le hace no renunciar a nada a pesar su juventud. «Nunca tengo miedo de perder porque siempre doy todo lo que tengo. Quizá el podio de Madrid esté a mi alcance. Espero aprovechar bien el día de descanso y en la tercera semana, a luchar», advierte.
Sólo tiene un problema dentro del equipo, el de la comunicación. No habla italiano ni español, los dos idiomas mayoritarios en el Emirates, pero se entiende en inglés. Y sigue teniendo ganas de aprender. Sobre la bici y cuando baja, también. Por eso, dice Matxin, «hay que cuidarle».
Source: Deportes