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El 26 de marzo de este año la Federación anunciaba que Luis Enrique abandonaba la concentración de la selección por «motivos familiares graves». España iba a jugar contra Malta al día siguiente un partido de clasificación para la Eurocopa que se disputa en 2020. La selección venció por 0-2, pero el ambiente en la concentración era de un auténtico drama. No era para menos. El todavía seleccionador del equipo nacional pidió discreción y se le respetó, no se hizo público el motivo concreto, pero en privado todos conocieron la grave enfermedad que padecía su hija Xana (un osteosarcoma, el cáncer de huesos más común en niños) que ha terminado costándole la vida.
En junio, España volvía a tener partidos y Luis Enrique, pese a dar la lista en las redes sociales para los duelos contra Islas Feroe y Suecia, no estuvo en Las Rozas con el equipo, al menos en cuerpo, porque Robert Moreno, se segundo, se mantuvo en contacto con él en todo momento. Salió victoriosa la selección de los dos encuentros y la Roja encauzó la clasificación, que ahora tiene a tiro. La situación era incómoda, porque se trataba de una causa de fuerza mayor, una desgracia, y desde la Federación aguantaron hasta que el 17 de junio Luis Enrique decidió dimitir como seleccionador. Le hacía mucha ilusión el cargo, pero el problema que tenía en casa era realmente serio y no tenía fuerzas para sentarse en el banquillo. Ni un año estuvo al frente de España, porque había sido presentado el 9 de julio de 2018. La Federación decidió que Robert Moreno se mantuviera como entrenador nacional y justamente mañana viernes 30 de agosto va a dar la primera lista de la selección que va a ser cien por cien suya, para los partidos contra Rumanía e Islas Feroe.
71 días han pasado desde que Luis Enrique dejara el cargo hasta el desgraciado fallecimiento de Xana. La pequeña tenía nueve años. Descanse en paz.
Source: Deportes