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Ocho eran los favoritos con los que contaba la Vuelta antes del comienzo. Ocho los convocados para la conferencia de prensa de favoritos, pero uno desapareció antes de comenzar, Richard Carapaz. Otro, el holandés Kruijswijk, fue uno de los damnificados por la caída de su equipo, el Jumbo Visma, en la contrarreloj por equipos que abrió la carrera. Una desgracia imprevisible provocada por el desbordamiento de una piscina hinchable que llevó el agua hasta el terreno por el que transitaba la etapa en el peor momento para el holandés.
Kruijswijk perdió 1:43 en la etapa del domingo en la que Nairo Quintana recuperó el gusto por el ataque y logró la victoria. Arrastraba aún los dolores de la caída y ya no pudo más camino de El Puig. No tiene mucha suerte el holandés en la Vuelta. En la edición de 2016 se estrelló contra un bolardo no señalizado en las calles de Lugo. Un doloroso golpe que le provocó una fractura de clavícula y de varias costillas. Fue el terrible final de su temporada 2016 después de caerse en el descenso del Agnello en el Giro cuando era líder.
El holandés se marcha después de ver que no mejoraban sus dolores en la rodilla, que han ido a más desde la caída. Su objetivo era acabar la etapa y después acudir al hospital para que le revisaran la lesión, pero el dolor era insoportable para él y, según su equipo, «tomó la decisión correcta». El holandés también participó en el Critérium en el que se cayó Carapaz, una exhibición que parece maldita para los candidatos al triunfo en la Vuelta. El holandés, que fue tercero en el Tour, era la segunda opción para su equipo en la general.
La primera sigue siendo Primoz Roglic, que ahora se queda solo para pelear por el triunfo final y con menos posibilidades para la estrategia. Los 40 segundos que perdieron en la contrarreloj por equipos empezaron a descontarlos en la segunda etapa, pero cualquier ayuda es poca para luchar por una Vuelta que, por el momento, no se presenta con un dominador claro. El Astana, que parecía uno de los bloques más poderosos, sucumbió ante el primer ataque de sus rivales en la defensa del liderato de Miguel Ángel López. Supermán se quedó solo en la segunda etapa para luchar contra Nairo Quintana y Roglic, que marchaban por delante.
Esa sensación de soledad es la que le gustaria evitar al esloveno, sexto en la general, a 35 segundos del maillot rojo, que sigue perteneciendo a Nicolas Roche. El irlandés ya ha lucido dos días el maillot rojo, más que la última vez, cuando sólo pudo aguantarlo un día sobre sus espaldas.
El tercero llegará camino de Javalambre, aunque no confía mucho en que vaya a conservarlo después de la primera llegada en alto de la Vuelta. «La etapa me la imagino con fuegos artificiales, sobre todo por parte de los colombianos. Va a ser difícil para mí conservar el maillot», advierte el irlandés. Aunque tampoco parece preocuparle demasiado. Su objetivo no es pelear por la general. Para eso el Sunweb ha traído a Wilco Keldermann. «Hay muy buen ambiente y espíritu en el equipo. Wilco está en buena forma y confiamos en sus posibilidades en la general», asegura Roche.
Keldermann es el hombre designado para estar en la pelea. El ascenso hasta el observatorio astronómico de Javalambre es la primera prueba verdadera para los favoritos. Once kilómetros de puerto con una altitud máxima de casi 2.000 metros.
Source: Deportes