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El Laboral Kutxa tuvo la final de la Euroliga en la mano, la rozó, pero se quedó sin premio en la prórroga. Sólo entonces, cuando aparcó el pánico a perder, fue cuando el Fenerbahçe resucitó. El equipo de Zeljko Obradovic agonizó durante muchos minutos, pero sobrevivió hasta el final. Adams tuvo la pelota decisiva para protagonizar la sorpresa de la Final Four, pero su lanzamiento, que no fue malo, rebotó en el aro. En la prórroga, el Baskonia no dio para más y se quedó con la sensación de haber desperdiciado una enorme oportunidad.
Y es que el equipo español después del descanso manejó el partido con una autoridad incompatible con el 13-0 del que presumieron los turcos de salida. Pareció que los de Perasovic estaban fuera de lugar. Nada más lejos de la realidad. Sin prisa, pero sin pausa, el Laboral Kutxa se rearmó y al descanso, pese a las tres faltas de Bourousis, ya era una amenaza para los de amarillo. Cuando la semifinal quedó en manos de Adams y Bourousis, el Laboral Kutxa puso en cuestión el incuestionable talento y los millones de la plantilla turca. Un triple contra tablero del pívot y ocho puntos consecutivos para arrancar el último parcial dejaron a los otomanos en la lona (55-62), pero el Baskonia no fue capaz de rematar a un equipo moribundo que al quitarse el miedo arrasó en la prórroga.
El recital de De Colo. Los 30 puntos del escolta francés acabaron con el Lokomotiv y llevaron al CSKA a una nueva final ocho años después. Los rusos persiguen su séptimo título.
Source: Deportes